En una decisión editorial sorprendente, el programa matutino de Antena 3, «Espejo público», pausó su cobertura de un grave acontecimiento en Mocejón para alertar sobre uno de los últimos retos virales que causa conmoción en las redes sociales. En un giro inesperado, la emisión se centró en un fenómeno de internet que, a pesar de su popularidad, esconde peligros severos para la salud.
Lorena García, en su papel de conductora, introdujo con preocupación el tema alertando sobre la «última de las tontadas» refiriéndose a los retos virales, criticando la imprudencia de compartir escenas que pueden comprometer la integridad física de las personas en búsqueda de notoriedad digital. «¡Qué horror! ¡Qué grima!», exclamó García ante las imágenes de un joven inyectándose pigmento en el globo ocular, un acto que, lejos de ser una simple búsqueda de originalidad, podría acarrear consecuencias insospechadamente graves.
Para profundizar en el peligro que este reto supone, «Espejo público» contó con la participación de Celia Sánchez-Ramos, reconocida investigadora de la Universidad Complutense de Madrid en el campo de la visión y oftalmología. Sánchez-Ramos no escatimó en calificar el reto viral como una «aberración», subrayando la locura que representa el inyectarse sustancias en el ojo sin la supervisión de un profesional médico. Según la experta, esta práctica no solo es riesgosa por la intervención indebida sino también por las severas reacciones alérgicas que puede provocar el pigmento inyectado, las cuales, en casos extremos, podrían llevar a la pérdida de la visión.
El studio del magacín en Antena 3 escuchó con asombro las advertencias de la especialista, cuyo análisis expuso el vasto riesgo que suponen estos retos virales, a menudo minimizados por su carácter supuestamente lúdico o atractivo para obtener popularidad en internet. «Inyectar en el interior de un ojo un producto lo tiene que hacer un oftalmólogo […] Es una locura», concluyó Sánchez-Ramos, dejando una reflexión crítica sobre la responsabilidad compartida de la comunidad en línea en la promoción de prácticas seguras y conscientes.
El abrupto cambio de tema en «Espejo público» no solo evidenció la preocupación creciente por la influencia de las redes sociales en comportamientos imprudentes o peligrosos, sino que también reflejó el compromiso del programa por informar y educar a la audiencia sobre riesgos emergentes, más allá de los habituales titulares de noticias. Con frases de impacto como «¡Qué horror! ¡Qué grima! Los retos virales son, a cada cual, más barbaridad», Lorena García cerró el segmento, un recordatorio escalofriante de que, en la era digital, la viralidad puede tener un precio muy alto.