Alemania ha avanzado significativamente en la investigación del sabotaje a los gasoductos rusos Nord Stream I y II, identificando a un posible autor detrás del ataque ocurrido en el marco de la tensa situación por la invasión rusa a gran escala en Ucrania. La Fiscalía sueca, que anteriormente había cerrado el caso por falta de jurisdicción a finales de diciembre del año pasado, deja ahora en manos de Alemania la continuación de las indagaciones.
Las autoridades alemanas han procedido a emitir una orden de arresto europea contra un instructor de buceo ucraniano, conocido como “Vladímir S.”, quien se señala como uno de los artífices detrás de la colocación de los explosivos que dañaron estas infraestructuras cruciales. Vladímir S. se encuentra actualmente en libertad, pese a la orden de arresto, ya que Polonia, el país donde se encontraba, no ha procedido a su detención. Las conversaciones entre Varsovia y Berlín se mantienen para decidir los pasos a seguir respecto al sospechoso.
Según lo reportado por medios como SZ y Die Zeit, Vladímir S. formó parte del equipo de buzos que instaló dispositivos explosivos en ambas tuberías, causando fugas de gas cerca de una isla danesa y frente a las costas suecas. El incidente resultó en una importante pérdida, estimándose el escape de más de 800 millones de metros cúbicos de gas.
La revista Spiegel ha informado que Vladímir S. ya ha abandonado el territorio polaco. La investigación también ha puesto el foco en otros dos instructores de buceo, identificados como parte del equipo responsable del sabotaje, aunque contra ellos no se ha procedido con órdenes de arresto.
Este hecho ha vuelto a abrir el debate sobre quiénes son los verdaderos responsables detrás del sabotaje de Nord Stream I y II. Mientras investigaciones preliminares apuntaban a Rusia, la ausencia de evidencia concreta llevó a crear un manto de duda sobre la autoría. Inicialmente, la prensa alemana señaló a Rusia, vinculando su presencia militar en la zona con el incidente. Sin embargo, una investigación del The Washington Post ha cuestionado esta narrativa, abriendo la puerta a diversas teorías sobre los posibles autores del ataque.
Los acontecimientos en torno a Nord Stream no solo han planteado preguntas sobre la seguridad de la infraestructura crítica bajo el mar Báltico sino también han exacerbado las tensiones geopolíticas en una región ya marcada por la incertidumbre a raíz de la conflictividad en el este de Europa. La comunidad internacional sigue atenta a cómo se desarrollan estas investigaciones y cuál será el impacto final en las relaciones entre los países involucrados y el equilibrio energético en Europa.
