Alemania se encuentra ante un cambio significativo en su política militar, tras la aprobación, por parte del Consejo de Ministros, de un ambicioso proyecto para aumentar el número de soldados activos. La iniciativa propone un incremento de 260.000 efectivos, lo que representa un aumento de 80.000 en comparación con las cifras actuales, además de elevar la cifra de reservistas a 200.000. Aunque el plan se apoya inicialmente en el reclutamiento voluntario, contempla la posibilidad de reintroducir el servicio militar obligatorio si la situación lo requiere, siempre con el visto bueno del Parlamento.
Los líderes políticos alemanes, como el canciller Friedrich Merz y el ministro de Defensa Boris Pistorius, subrayan que este incremento es esencial para enfrentar la creciente amenaza de Rusia y para asegurar que Alemania mantenga el ejército convencional más grande de Europa. La estrategia incluye no solo un mejor equipamiento, sino también estimular el interés de la juventud hacia el servicio militar, aumentando la remuneración y mejorando las condiciones de formación.
Con la meta de iniciar el reclutamiento de 15.000 nuevos soldados y expandir esta cifra en los próximos años, se planea restablecer un registro obligatorio a partir de 2026 para identificar a los jóvenes en condiciones de servir. Las decisiones finales dependerán aún de la discusión parlamentaria, pero la dirección es clara: Alemania se prepara para un futuro donde su fuerza militar será un pilar más fuerte tanto en Europa como en el marco de la OTAN.
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