En un movimiento sin precedentes, conservadores y socialdemócratas en Alemania han unido fuerzas para proponer reformas radicales a la Constitución, marcando así un punto de inflexión en la política alemana y europea. La propuesta, presentada este martes, busca facilitar un incremento significativo en la inversión en defensa e infraestructura, una medida impulsada por la creciente inquietud ante la posibilidad de que Estados Unidos reduzca su compromiso con la alianza de la OTAN y sus aliados.
Friedrich Merz, líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y probable futuro canciller tras los resultados de las últimas elecciones generales, ha sido una figura clave detrás de esta iniciativa. Merz ha enfatizado la urgente necesidad de fortalecer las capacidades defensivas de Alemania y de Europa en su conjunto, señalando que «no podemos aplazar más» las decisiones cruciales en lo que respecta al presupuesto federal. Este llamado a la acción se produce en un momento en que las decisiones del gobierno de Donald Trump en Estados Unidos ponen en tela de juicio la solidez de las alianzas históricas.
La propuesta concreta de los partidos consiste en una moción que será presentada en la Cámara Baja, con el fin de modificar la Ley Fundamental. La intención es eximir los gastos de defensa necesarios, siempre que superen el 1% del PIB, de las actuales restricciones del freno de la deuda, que limita el endeudamiento del Estado al 0,35 % del PIB anual.
Sin embargo, la aprobación de tales medidas está lejos de ser un hecho consumado. Merz y sus aliados requieren una mayoría de dos tercios en el Parlamento para llevar adelante su plan, una tarea complicada que necesitaría el apoyo de otros partidos como los Verdes, algunos de cuyos miembros ya han expresado su oposición.
La extrema derecha, representada por Alternativa para Alemania (AfD), que ha experimentado un aumento en su popularidad según las últimas encuestas, se opone firmemente al incremento del gasto militar. Esto podría representar un obstáculo significativo para la concreción de los cambios propuestos.
Además de las reformas en defensa, la propuesta incluye la creación de un fondo especial de 500.000 millones de euros destinado a infraestructura, que se financiaría con créditos durante los próximos diez años. Este fondo buscaría impulsar la inversión en áreas clave como carreteras, puentes, ferrocarriles, digitalización, redes de energía, escuelas y guarderías.
Este conjunto de propuestas evidencia un cambio de paradigma en la política alemana, enfatizando la necesidad de una Europa más fuerte y segura. Merz ha subrayado que además de las inversiones en defensa, se requieren medidas para mejorar la competitividad de la economía alemana, modificar la política de inmigración y asegurar la estabilidad interna.
Las conversaciones entre los conservadores y socialdemócratas, que comenzaron la semana pasada con el objetivo de formar una coalición de gobierno, se espera que continúen en los próximos días. Este esfuerzo conjunto para abordar desafíos tanto internos como externos podría marcar el comienzo de una nueva era en la política alemana, una en la que la seguridad y la estabilidad económica estén al frente de las prioridades del país.