En un esfuerzo por sellar el futuro de Gibraltar tras el Brexit, José Manuel Albares, Ministro de Asuntos Exteriores de España, y David Cameron, su contraparte británica, han mantenido su segunda reunión en pocas semanas. Este nuevo encuentro, orientado a definir el estatus de Gibraltar después de la salida del Reino Unido de la Unión Europea en febrero de 2020, se da tras un periodo de negociaciones que concluyó en diciembre del mismo año sin acuerdos concretos sobre «La Roca».
Las negociaciones históricamente bilaterales y discretas entre Madrid y Londres tomaron un nuevo rumbo al incluir en esta ocasión, en Bruselas, a Maros Sefcovic, Vicepresidente de la Comisión Europea, y a Fabian Picardo, Ministro Principal de Gibraltar. Esta ampliación en el círculo de conversación sugiere un avance significativo hacia la puesta en marcha de acuerdos previamente debatidos.
España promueve un modelo de «prosperidad compartida» entre Gibraltar y el Campo de Gibraltar, enfocándose en detalles técnicos resueltos en las últimas semanas. Este optimismo es compartido por la Comisión Europea, especialmente en temas como el papel de Frontex en el control fronterizo y la situación de los trabajadores transfronterizos. Además, se ha avanzado en la gestión conjunta del Aeropuerto de Gibraltar y se plantea la eliminación de la verja que divide el Peñón de La Línea de la Concepción.
Una constante en las negociaciones para el Gobierno gibraltareño ha sido asegurar la no disputa por la soberanía británica sobre Gibraltar. España, bajo la dirección tanto de Mariano Rajoy como de Pedro Sánchez, ha optado por una estrategia pragmática, procurando equilibrar los beneficios históricamente desproporcionados obtenidos por Gibraltar.
Las fuentes diplomáticas españolas ven este acuerdo como un paso adelante hacia la prosperidad, confianza, seguridad jurídica y estabilidad para los residentes del Campo de Gibraltar. Sin embargo, cualquier acuerdo alcanzado requerirá la ratificación del Parlamento Europeo después de las elecciones de junio.
Este capítulo en la larga historia de Gibraltar subraya los esfuerzos diplomáticos para adaptarse a un nuevo contexto europeo post-Brexit, buscando soluciones que beneficien a todas las partes implicadas y fomenten una convivencia armoniosa en la región.