En una vuelta de tuerca que ha sacudido el panorama político internacional, la inesperada retirada de Joe Biden de la contienda por la reelección presidencial ha provocado una serie de reacciones tanto dentro como fuera de Estados Unidos, especialmente en los corrillos diplomáticos europeos. Durante la última reunión del Consejo de Asuntos Exteriores (CAE) antes del receso de verano, figuras clave de la política exterior europea han ofrecido sus perspectivas sobre cómo este giro podría rediseñar las relaciones transatlánticas y influir en la geopolítica global en el futuro próximo.
José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores de España, calificó la decisión de Biden de «valiente» y «digna», enfatizando el «sentido de Estado» del líder estadounidense. Albares remarcó la sintonía existente entre Madrid y Washington bajo la administración Biden, mencionando logros conjuntos como una cumbre de la OTAN en Madrid y la signatura de la primera declaración hispano-americana en dos décadas. «Con Biden, este Gobierno ha alcanzado una relación con EEUU como no ha tenido nunca en su historia», aseguró.
Por otro lado, Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, resaltó la importancia de la elección del sucesor de Biden en la Casa Blanca para las relaciones transatlánticas, pero recordó que la decisión final reposa en manos del pueblo americano.
La noticia también suscita preocupaciones anteriores sobre la dirección futura de la política exterior de EUA, sobre todo en lo que respecta a la igualdad de género, el cambio climático y el multilateralismo; campos en los cuales la administración Biden y España habían encontrado un terreno común. Además, el papel decisivo de Washington en el apoyo a Kiev frente a la agresión rusa fue destacado como un punto clave de cooperación trasnacional.
Mientras tanto, el anuncio ha generado expectativa y cierta inquietud en Bruselas sobre el efecto que la ausencia de Biden podría tener en la escena política estadounidense y, por extensión, en las dinámicas globales. «Que Biden se retire no significa la victoria de Trump», comentó Hadja Lahbib, ministra de Asuntos Exteriores de Bélgica, buscando apaciguar temores de un retorno al trumpismo.
En este contexto de cambio, los líderes europeos enfatizan la necesidad de que Europa actúe de manera autónoma, tomando sus propias decisiones en el escenario mundial sin intentar influenciar o ser influenciado por las políticas internas de Estados Unidos. «No hay cambio, Europa defenderá sus intereses», afirmó Stéphane Séjourné, ministro en funciones de Asuntos Exteriores francés, enfatizando la soberanía europea en la toma de decisiones geopolíticas.
Este asombroso giro en los acontecimientos subraya la naturaleza impredecible de la política moderna y sirve como recordatorio de que las estrategias y alianzas a largo plazo deben ser maleables y capaces de adaptarse a cambios inesperados. A medida que Europa observa y responde, el legado de Biden y la futura dirección de la política estadounidense quedan como temas de especulación y análisis profundo.
