En un sorprendente giro de los acontecimientos, Albania podría ser testigo de la creación del estado soberano más pequeño del mundo en sus propias fronteras. A las afueras de la capital, Tirana, se ha propuesto un proyecto para levantar un enclave que sería el hogar del microestado musulmán de la Orden de los Bektashi. Con planes que incluyen la construcción de un museo, una clínica, oficinas administrativas y un archivo, este proyecto aspira a ocupar cerca de 11 hectáreas y busca fomentar una versión tolerante del islam. La iniciativa tiene como figura central al primer ministro albanés, Edi Rama, quien la presentó durante una conferencia de la ONU en Estados Unidos.
Rama describe este proyecto como un esfuerzo para promover «la armonía y el diálogo religioso», destacando la naturaleza tolerante del islam en Albania, un país mayoritariamente musulmán. A diferencia del Estado Vaticano, este microestado permitirá el consumo de alcohol, otorgará a las mujeres la libertad de vestir como deseen y no impondrá reglas sobre el estilo de vida, reflejando así una aproximación progresista y inclusiva.
Sin embargo, la creación de este estado dentro de Albania ha generado controversia y debate entre los ciudadanos. Muchos albaneses se enteraron de la propuesta por medio del discurso de Rama ante la ONU, y críticos como el historiador Elidor Mehilli lo ven como una maniobra de relaciones públicas que desatiende las prioridades nacionales. Paralelamente, el país balcánico ha experimentado un auge turístico, y algunos especulan que el verdadero objetivo detrás de la creación del estado es atraer inversión extranjera directa de naciones musulmanas adineradas.
Mientras la legislación necesaria para establecer el estatus soberano de este microestado está siendo redactada, aún queda por ver qué países le otorgarán reconocimiento diplomático. Los detractores de la propuesta también advierten sobre las posibles repercusiones en las relaciones interreligiosas dentro de Albania, en tanto que líderes de otras comunidades expresan su preocupación sobre el establecimiento de un precedente que podría resultar problemático para el país.
Más allá de las divergencias, el líder de los Bektashi, Haxhi Dede Baba, conocido como Baba Mondi, ve en este proyecto una oportunidad sin precedentes para promover la tolerancia religiosa y la paz a nivel mundial. En su visión, todas las decisiones se tomarán «con amor y bondad», reflejando los valores centrales de la Orden Bektashi, fundada durante el Imperio Otomano y conocida por su interpretación liberal del Corán.
El gobierno de Albania, liderado por Edi Rama, tiene por delante el desafío de integrar este ambicioso proyecto en la constitución del país, la cual establece que Albania es «unitaria e indivisible». A pesar de las dudas y críticas, Rama está decidido a avanzar, afirmando que la importancia radica en «luchar por el bien», independientemente de cómo se le perciba. La creación del estado más pequeño del mundo en Albania podría marcar un hito histórico, siempre y cuando logre equilibrar los distintos intereses y visiones dentro y fuera del país.