En los vastos terrenos de Rafael Advance Defense Systems, ubicados discretamente a las afueras de Haifa, Israel, la atmósfera es tan intensa como el paisaje es sereno. Aquí, lejos de la vista pública y bajo estrictas medidas de seguridad, se gestan algunas de las tecnologías de defensa más avanzadas del mundo. La empresa, brazo estatal de Israel en el desarrollo de armamento y tecnología militar, se ha convertido en uno de los principales protagonistas en la constante evolución del arte de la guerra moderna.
En medio de una atmósfera cargada por el reciente recrudecimiento del conflicto en Gaza y la posibilidad siempre latente de una escalada mayor con potencias regionales como Irán o grupos como Hezbolá, los ingenieros y trabajadores de Rafael, muchos de ellos veteranos de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF por sus siglas en inglés), han asumido su llamado al frente de una guerra diferente: la de la innovación tecnológica en armamento.
Uno de los desarrollos que causó impresión durante nuestra visita fue el sistema antiaéreo Honda de David, cuyo misil Stunner destaca por su peculiar «nariz curva», una característica que le permite alojar dos radares para aumentar su precisión. Esta particularidad, aunque esencial para su funcionamiento, fue el desencadenante de un comentario inapropiado por parte de un trabajador, reflejando la compleja intersección entre el humor y la tensión en que viven inmersos estos profesionales.
Sin embargo, más allá de anécdotas, lo que verdaderamente resalta es el impresionante compromiso de Rafael con la defensa de Israel. Desde sistemas de radar, pasando por drones hasta el innovador Trophy, un sistema de protección activa para tanques que ha revivido el papel de estos en el campo de batalla, especialmente destacado en conflictos como el de Ucrania.
El Trophy, en particular, ejemplifica la respuesta israelí a las nuevas dimensiones del combate. Con una tasa de éxito del 90% contra proyectiles, este sistema no solo salva vidas sino que evita costos millonarios al impedir que los blindados sean destruidos. Su éxito ha traspasado fronteras, captando el interés de potencias militares globales.
Aun así, el camino de Rafael no está exento de desafíos. El reciente conflicto en Gaza y el creciente escrutinio internacional sobre las acciones militares de Israel han generado reacciones adversas, como el veto de Francia a la participación de firmas israelíes en una importante feria de armamento. Esto evidencia un aislamiento internacional que, si bien no es completo gracias a los fuertes lazos con países como Estados Unidos, sí plantea interrogantes sobre el futuro acceso a ciertos mercados.
Pero Rafael y, por extensión, Israel, han demostrado una y otra vez su capacidad de adaptación y autosuficiencia. La introducción del sistema Rayo de Hierro, un sistema láser diseñado para interceptar drones kamikaze, y la mejora de sistemas como el Stunner subrayan esta determinación. Aunque el panorama global pueda ser incierto y los desafíos diplomáticos y militares persistan, la innovación y la autodependencia emergen como las constantes en la estrategia de defensa de Israel.
2023 cierra con un récord en ventas de armamento para Israel, a pesar de las controversias y los llamados internacionales a un alto al fuego. La industria militar israelí, dominada por gigantes como Rafael, sigue destacando no solo por su capacidad de innovación sino también por su crucial papel en la geopolítica global. La complejidad del escenario actual, donde la tecnología de defensa evoluciona constantemente, sugiere que empresas como Rafael seguirán siendo actores centrales, navegando entre las presiones internacionales y la imperiosa necesidad de mantener la seguridad de Israel.
