AirTags de Apple revelan una estafa masiva de reciclaje

Una activista descubre el fraude detrás del reciclaje usando dispositivos de rastreo y destapa un escándalo en la gestión de residuos

Brandy Deason, coordinadora de justicia climática en la ONG Air Alliance Houston, decidió poner a prueba el sistema de reciclaje de su ciudad tras sospechar que algo no andaba bien. Deason utilizó varios AirTags de Apple para seguir el trayecto de las bolsas de plástico que depositaba para reciclar, con la esperanza de confirmar que estas llegaban a una planta de reciclaje. Lo que descubrió, sin embargo, fue un esquema de reciclaje que resultó ser una completa farsa.

En lugar de ser reciclados, los residuos rastreados por los AirTags terminaron en un vertedero al aire libre, lejos de las instalaciones de reciclaje que se suponía debían manejar estos materiales. A través de este experimento, Deason no solo descubrió la verdad sobre el destino de los desechos plásticos en Houston, sino que también expuso una práctica engañosa promovida por empresas que afirman ser sostenibles.

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Deason ha insistido en que el verdadero reciclaje no consiste en crear más plásticos bajo la falsa apariencia de sostenibilidad, sino en reducir y reutilizar los recursos existentes.

Un vertedero lleno de promesas vacías

Los AirTags, diseñados para localizar objetos perdidos, se convirtieron en la clave para desenmascarar lo que Deason y otros han denominado un caso claro de “greenwashing” o lavado de imagen verde. Aunque ExxonMobil había promocionado la planta Wright Waste Management (WWM) como un innovador centro de reciclaje, lo que las imágenes de drones revelaron fue una montaña de plásticos acumulados sin ningún tipo de tratamiento.

La investigación posterior demostró que WWM ni siquiera tenía las autorizaciones necesarias para operar como una planta de reciclaje de plásticos. A pesar de las promesas de ExxonMobil de convertir plásticos en nuevos materiales o combustibles, el proceso que realmente utilizaban —cuando lo hacían— implicaba la quema de plásticos, una práctica que no solo es contaminante, sino que también contradice los principios del reciclaje auténtico.

Un escándalo que pone en jaque la credibilidad de los programas de reciclaje

Este descubrimiento ha causado un gran revuelo en Houston y ha llevado a cuestionar las verdaderas intenciones de las empresas que se presentan como defensoras de la sostenibilidad. Las autoridades locales podrían tomar medidas contra las compañías implicadas, revisando a fondo los programas de reciclaje de la ciudad.

El uso de AirTags por parte de Deason ha puesto al descubierto un problema que va más allá de Houston, subrayando la necesidad de una mayor transparencia en las iniciativas de reciclaje en todo el mundo. Este caso también destaca cómo las herramientas tecnológicas pueden empoderar a los ciudadanos para descubrir la verdad detrás de las promesas corporativas.

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