En La Promesa, la tensión llega a su clímax en un capítulo donde el amor se enfrenta a los convencionalismos, las verdades ocultas emergen a la superficie y el peligro ramifica en cualquier rincón. El capítulo del miércoles 23 de abril es el primer episodio que marca un antes y un después de la historia de la hacienda, en el que las revelaciones derribarán las bases fundamentales.
Curro, el vaquero de buen corazón, decide arriesgarlo todo por amor, mientras que Adriano, experimentando la consecuencia de sus audacias. En un lugar donde las apariencias lo son todo, la verdad siempre acaba abriéndose paso, aunque ello cueste vidas en su camino.
UN AMOR EN CONTRA DE LA SOCIEDAD
Pero la realidad, dura, lo es. En La Promesa, el estatus arrastra más que los sentimientos, y Curro todavía tiene que pelear mucho. Si Ángela puede considerarlo, hay muchas más cuestiones: los prejuicios de la época, la oposición de su familia y, en consecuencia, la sombra de Jana, cuya muerte sigue sin resolverse. Este amor tan puro como complicado es el modo de rebelarse ante una sociedad que anhela separarlos.
Además, un descubrimiento fortuito puede interrumpir cualquier esperanza. La identificación de Rufino de la Merced, el experto en venenos, en la lista de invitados de Lorenzo no resulta fortuito. Para Curro, es una señal: el asesino de Jana puede que esté más cerca de lo que creía.
La reacción que tenga Ángela será la definitiva; si ella reacciona frente a Curro de la misma manera, los dos no solo se enfrentarán a los rumores, que para entonces ya estarán muy añejos, sino también a la sombra de un posible asesino que camina libremente por el palacio. ¿Está dispuesta a asumir el riesgo de perderlo todo por lo que, para la gran mayoría, sería un amor imposible? O bien, pronto cederá ante la presión social que la acosa.
El peligro no solo se encuentra en los rumores; puede acechar también a través de las sombras. Rufino no invita a miedos y tensiones. Su presencia sugiere que alguien en La Promesa todavía se encuentra moviendo hilos en la penumbra. Si Curro no acomete tal acción con precaución, la justicia que intenta alcanzar puede costarle él también su felicidad, y su vida. Y la tensión es intolerable, y, cada mirada, cada susurro de pasillo, adquiere un siniestro significado.
EL PRECIO DE LA PASIÓN EN LA PROMESA
Catalina, por su parte, había caído en un juego de caretas. Leocadia, ahora bajo las premisas de la preocupación, mueve su tablero con cautela al introducir una enfermera, Emilia, dentro del palacio; lo que parecía el enunciado de una buena acción, era la jugada maestra: la enfermera traía con ella (junto con la preocupación) un pasado que había tenido su motor en la relación de ella con Rómulo, en un secreto que desestabilizaría la ya precaria paz entre la servidumbre.
EL MISTERIO QUE NADIE QUIERE RESOLVER
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