En una significativa jornada para la economía estadounidense, el presidente Donald J. Trump ha anunciado un acuerdo inicial de comercio con China, diseñado para reducir tarifas y eliminar represalias, marcando un avance hacia el comercio justo y libre. Este acuerdo se produce en un contexto de intensa actividad diplomática, tras la reciente firma de un importante convenio comercial con el Reino Unido. La administración Trump continúa su esfuerzo por transformar las prácticas comerciales que han afectado a los trabajadores y empresas estadounidenses durante décadas.
Durante una conferencia de prensa en Ginebra, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el representante comercial de EE. UU., embajador Jamieson Greer, presentaron los términos del acuerdo. Según Bessent, «hemos alcanzado un acuerdo sobre una pausa de 90 días y hemos disminuido significativamente los niveles de tarifas — ambas partes reducirán sus tarifas en un 115%». Este enfoque colaborativo también incluye un compromiso de trabajar conjuntamente en la crisis de fentanilo que enfrenta Estados Unidos, lo que fue destacado por Greer, quien subrayó los esfuerzos de China en este tema durante las negociaciones.
El secretario Bessent, tras el anuncio, participó en diversos programas de televisión para detallar los logros del acuerdo. Explicó que las negociaciones se llevaron a cabo de manera respetuosa, reflejando la importancia de las dos mayores economías del mundo. Además, enfatizó que la lucha contra los precursores de fentanilo es una prioridad crucial, dado el impacto devastador que esta crisis ha tenido en la población estadounidense, con cientos de miles de muertes anuales.
El secretario también abordó las barreras no arancelarias que han afectado el comercio y la manufactura estadounidenses, afirmando que la administración está determinada a revertir las consecuencias del llamado «shock chino», que ha socavado el sector manufacturero en EE. UU. A esto se suma la necesidad de recuperar industrias estratégicas que se vieron comprometidas en medio de la pandemia de COVID-19.
A lo largo de la conferencia, Bessent destacó la importancia de mantener un enfoque firme en las negociaciones, recordando que el acuerdo alcanzado contrasta con la falta de cumplimiento de China respecto a acuerdos anteriores, mencionando específicamente el periodo bajo la administración Biden, cuando las obligaciones chinas fueron ignoradas.
Con este nuevo acuerdo, la administración Trump se propone no solo facilitar el comercio, sino también establecer las bases para una economía más sólida y resiliente, haciendo hincapié en que el camino hacia un comercio mejor y más justo está en marcha. A medida que se desarrolla la situación y los detalles adicionales surgen, el impacto de este acuerdo inicial se espera que sea significativo para las relaciones comerciales de EE. UU. y el futuro económico del país.
Fuente: WhiteHouse.gov
