Activistas Climáticos Desafían la Seguridad en la COP30: Una Protesta en el Corazón del Cambio

Decenas de manifestantes tomaron el área restringida de la cumbre climática de la ONU en Belém, Brasil, para alzar la voz contra el impacto del calentamiento global en la salud pública. La protesta, que ocurrió cuando los miembros de las delegaciones nacionales salían del recinto, generó un momento de caos antes de que el equipo de seguridad de la ONU lograra evacuar a los participantes, quienes coreaban consignas como «¡La crisis climática es una crisis de salud!».

La Amazonía, hogar del evento y recientemente afectada por una sequía histórica, es un claro ejemplo de cómo el cambio climático exacerba enfermedades como el dengue y las respiratorias. Profesionales de la salud, incluyendo a la infectóloga Lena Peres, destacaron el alarmante aumento de estas enfermedades en la región, enfatizando que el calentamiento global tiene consecuencias directas en la salud de las personas. Según Peres, «ya no se puede no hacer la conexión entre cambio climático y salud».

La protesta también resonó más allá de la Amazonía, llegando a países como Canadá, donde los médicos enfrentan un aumento en problemas respiratorios y cardiovasculares debido a incendios forestales. Los manifestantes exigieron la detención de la extracción de combustibles fósiles y la implementación de soluciones inmediatas para mitigar el impacto de la crisis climática en la salud y bienestar de las comunidades, haciendo un llamado a que este tema se integre de manera efectiva en las agendas de adaptación y salud pública.

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