En el contexto de los últimos datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), donde la inmigración ha sido catalogada como el principal problema que afecta a los españoles, Braulio Carlés, responsable de Accem en Castilla-La Mancha, ha realizado un llamado a la “cordura” y ha instado a la población a no dejarse llevar por noticias falsas que, según él, están dejando una huella significativa en la percepción del fenómeno migratorio. Carlés sostiene que la migración debería ser vista como una “realidad y una oportunidad que suma”, en lugar de ser percibida exclusivamente desde el miedo y el temor.
El responsable ha reconocido que, si bien es comprensible que los datos del CIS reflejen preocupaciones sobre la realidad migratoria, estas a menudo se nutren de estereotipos que, según él, se pensaban superados. “No se pueden admitir ciertas políticas y posturas populistas que rechazan a la persona”, ha manifestado, señalando la necesidad de cambiar la narrativa en torno a la migración.
Carlés comparó la postura de la sociedad frente a los migrantes ucranianos con la de aquellos provenientes de África, cuestionando la discriminación que se observa en esta última situación. Para él, hay una notable diferencia en la manera en que se reciben a las diferentes comunidades migrantes, lo que pone de manifiesto una doble moral que debe ser abordada.
En sus declaraciones, Carlés también se refirió a los recientes comentarios del candidato republicano Donald Trump en un debate, donde hizo afirmaciones exageradas sobre los inmigrantes y sus vínculos con situaciones extremas. El responsable describió tales afirmaciones como “disparates” que alimentan una cultura de miedo y rechazo. A su juicio, este tipo de retórica no solo siembra el pánico, sino que también puede ser utilizada con fines populistas para captar votos, en lugar de abordar la realidad de manera responsable.
Además, Carlés hizo eco de las críticas de la Diócesis de Cartagena, que ha tomado una postura firme contra las políticas de rechazo y los estereotipos falsos en torno a los migrantes, advirtiendo que tales visiones erróneas contribuyen a una percepción negativa de los inmigrantes, a quienes se les asocia injustamente con la delincuencia y otros problemas sociales.
La situación en Castilla-La Mancha, donde actualmente hay unas 900 plazas disponibles para inmigrantes y un nivel de ocupación que oscila entre el 80% y el 90%, es un reflejo de la necesidad de un cambio en la percepción social sobre la migración. Carlés ha insistido en que no se puede ignorar la realidad de aquellos que arriesgan sus vidas en el mar para alcanzar un futuro mejor, subrayando la importancia de reflexionar sobre por qué tantas personas prefieren esta inseguridad a la estabilidad de sus países de origen.
Finalmente, Carlés ha abogado por la realización de campañas de sensibilización para contrarrestar las narrativas negativas que proliferan en redes sociales y otros espacios, lamentando que muchas veces estas contribuyen a una sensación de vergüenza sobre la condición humana y la manera en que se trata a las personas migrantes.