¿Acaso no Navegamos Todos en el Arca de Noé?

En el corazón del barrio de Nışantaşı, en la parte europea de Estambul, frente a un quiosco de prensa se erige majestuosamente la escultura de Tommy, un perro callejero que se ganó el cariño y la admiración de toda la comunidad local. La placa al pie de la estatua porta el conmovedor mensaje: “Te queremos y te echamos de menos”, reflejando el afecto colectivo hacia el can que, después de ser rescatado de una perrera con apenas un año, se convirtió en la mascota del barrio. Durante sus 17 años de vida, Tommy fue cuidado y alimentado por los vecinos, quienes también se aseguraron de que recibiera atención veterinaria siempre que fue necesario. La escultura fue inaugurada en 2022, gracias al financiamiento del Ayuntamiento del barrio y el apoyo económico de Royal Canin.

La presencia de perros callejeros, al igual que la de gatos, es un rasgo distintivo del paisaje urbano en Turquía, una realidad que ha sido documentada en la película «Stray», que explora las vidas de varios canes que habitan las calles y su interacción con la ciudadanía. Sin embargo, una nueva ley aprobada por el Parlamento turco el pasado 29 de julio, podría significar la desaparición de muchos de estos animales. La legislación propone la eliminación de perros enfermos y da a los sanos un plazo de 30 días en perreras para ser adoptados antes de ser también sacrificados. Con cerca de 4 millones de perros callejeros estimados en todo el país, la taska de adopción no es sencilla, situación reflejada en las modestas cifras de adopción registradas en años recientes.

Esta radical transformación en la política de manejo de perros callejeros surge en un contexto donde el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, ha citado un incremento en los ataques por parte de estos animales y casos de rabia como justificación principal. Curiosamente, el propio Erdoğan había promulgado en 2004 una ley que protegía el derecho de los animales callejeros a habitar las calles. Sin embargo, la nueva regulación no ha estado exenta de críticas y ha generado intensas protestas, donde se reivindica el derecho a la vida de estos seres y se cuestiona la efectividad de las medidas propuestas para abordar el problema.

Por un lado, algunas asociaciones y ciudadanos defienden la esterilización masiva como una alternativa humana a la erradicación propuesta, mientras que otras voces, como la de las asociaciones Güvenli Sokaklar y Olay Yeri Besleme, resaltan tanto la necesidad de una gestión más compasiva de los perros callejeros como la urgencia de crear más refugios y promover la adopción. El debate está servido en Turquía, polarizado entre la seguridad pública y el bienestar animal, mostrando una vez más cómo los animales callejeros son un tema sensible que toca fibras socioculturales profundas, evidenciando la compleja relación entre humanos y animales en el entorno urbano.

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