Vox denunció una agresión perpetrada por tres individuos que intentaron llevarse una bandera de España en una carpa informativa en Vitoria. Los agresores golpearon a los militantes de Vox con patadas y puñetazos, evento que fue condenado por el presidente del partido, Santiago Abascal. Este hecho llevó a Abascal a declarar que, aunque ETA «ya no mata», el odio aún permanece en la sociedad vasca. Los candidatos a la Alcaldía de Vitoria y a diputado general de Álava, Teresa Jiménez y Jonathan Romero, también fueron agredidos. Según la versión de Vox, los agresores recriminaron la presencia de los candidatos y afiliados, profiriendo insultos contra ellos y que después regresaron con intención de arrancar la bandera, acción que fue impedida gracias a la rápida intervención de dos agentes de la Policía Nacional. Además, Abascal señaló como culpables de la agresión a los «socios del Partido Socialista» y acusó al Partido Popular de no atreverse a debatir con la izquierda y derogar sus políticas, entre ellas la ilegalización de Bildu. Abascal también criticó las declaraciones del presidente de la Murcia, Fernando López Miras, quien descartó gobernar con Vox. Sin embargo, Vox afirmó que no se dejará chantajear y mostró su disposición a defender su programa y representar a las personas que les brindaron su confianza.
