84.000 coches sin etiqueta se verán afectados por la entrada en vigor de las ZBE de Castilla-La Mancha

Más de 250.000 vehículos circulan por las ciudades de Castilla-La Mancha obligadas a tener una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en 2023. De ellos, 84.000 coches verán comprometida su circulación al no disponer de etiqueta, según datos de Sumauto, especialista en portales verticales de automoción que integra a Autocasión, AutoScout24, Unoauto y RentingCoches.

Con el objetivo de cumplir la Ley de Cambio Climático, esta normativa entrará en vigor el próximo año en 6 ciudades manchegas, afectando a más de medio millón de personas o, lo que es lo mismo, el 27% de la población de Castilla-La Mancha.

A partir de ahora, se abre un escenario de coches “inmovilizados” que, mientras no haya planes que incentiven el achatarramiento, se quedarán aparcados ocupando espacio en la ciudad, ya que, aunque no tengan etiquetas ambientales, sí podrán seguir obteniendo la tarjeta de residente para aparcar en zona verde. Otra opción es que sus propietarios decidan sacarlos a la venta, siendo atractivos para zonas rurales o pequeñas poblaciones; o bien abrir mercado en el extranjero para su exportación.

Talavera de la Reina, la ciudad más afectada de Castilla-La Mancha

Con un 36,7% de su parque móvil con más de 20 años, Talavera de la Reina (Toledo) será el municipio de Castilla-La Mancha más afectado por las restricciones de las ZBE. A continuación, aparece Albacete con un 35,2%; Cuenca con un 34,6%; Guadalajara con un 30,4%; y Ciudad Real con un 29,8%. Mientras, Toledo con un 26,2% es la ciudad con el menor ratio de coches de más de 20 años de la comunidad autónoma.

A nivel nacional, las ZBE afectarán a 149 municipios españoles en los que residen más de 25 millones de personas, es decir, el 53% de los habitantes de nuestro país (INE) y circulan más de 11 millones de vehículos. De todos ellos, el 32% tienen más de dos décadas y carecen de etiqueta medioambiental.

Según Ignacio Gª Rojí, portavoz de Sumauto, “nos encaminamos hacia una movilidad discriminatoria ‘a dos energías’ en la que se restringe la circulación a una parte de la población con menos recursos y capacidades de adaptarse a los nuevos paradigmas mecánicos impuestos legalmente. Por un lado, ciudades grandes con vehículos electrificados para poder circular sin inconvenientes y, por otro, pequeñas urbes y zonas rurales con vehículos contaminantes e inseguros de más de 20 años, pero con la ventaja de no tener restringida su circulación”.

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