Con la celebración del Día Mundial de la Bicicleta, es importante hacer hincapié en lo importante del uso de la bicicleta para poder alcanzar los objetivos climáticos y de reducción de la contaminación establecidos por la Unión Europea. En consecuencia de esto, la Comisión de Transportes y Turismo del Parlamento Europeo ha aprobado una resolución sobre el desarrollo de una estrategia de la UE para el uso de la bicicleta. Esto supone un avance importante para el enorme potencial del ciclismo y tiene como objetivo principal duplicar los kilómetros recorridos en bicicleta de aquí a 2030. También pretende designar el 2024 como el Año Europeo de la Bicicleta.
“Actualmente, el uso de la bicicleta como medio de transporte se encuentra en máximos históricos en España. Se trata de una alternativa al transporte motorizado y supone un beneficio para la sociedad que debemos aprovechar para construir, de forma conjunta, un mundo más sostenible y respetuoso con el medioambiente”, especifica Ana Solá, CEO de CINESI.
Esta estrategia permitirá impulsar la bicicleta como medio de transporte referencial a través de mejoras fiscales y un aumento de recursos que la sitúen al mismo nivel que el coche o el transporte público. En este sentido, la bicicleta dejará de ser una mera herramienta de desplazamiento para pasar a ser un vehículo amparado por la ley.
El Parlamento Europeo sugiere impulsar los hábitos ciclistas y la transición ecológica de la UE mediante la habilitación de más carriles exclusivos para ciclistas, aparcamientos para bicicletas y un IVA reducido. “Al fin y al cabo, promover facilidades para los usuarios es la mejor alternativa para que el uso de la bicicleta siga aumentando, incrementándose así las ventajas que esto supone”, añade Ana.
Según CINESI, los beneficios que la bicicleta podría aportar a la transición ecológica de la UE son diversos, entre los cuales destacan 5 principales:
Mejora de la salud
El uso de la bicicleta potencia la mejora de la calidad del aire, incidiendo de forma positiva en nuestra calidad de vida. Además, como actividad física, disminuye la probabilidad de padecer algunos tipos de cáncer y diabetes tipo 2 en un 40 %, tonifica y fortalece los músculos y el corazón, reduce el colesterol, refuerza el sistema inmunológico, mejora el riego sanguíneo, evita lesiones óseas y la artritis, mejora la coordinación y potencia el bienestar mental.
Comodidad
La bicicleta es fácilmente transportable, lo que permite combinar su uso con varios medios de transporte, ya que ocupa un espacio muy inferior al que requieren otros vehículos. Con este nuevo reglamento, la UE pretende impulsar medidas a nivel comunitario para seguir facilitando su integración.
Reducción de la congestión vial
En cuanto a los atascos, se calcula que los costes asociados a la congestión urbana en la UE ascienden a 180.000 millones de euros al año, según datos de la CE. Concretamente en España, las ciudades de Barcelona, Valencia, Vitoria, San Sebastián, Zaragoza o Valladolid han apostado por la bicicleta a través del establecimiento de carriles bici segregados que garantizan la seguridad del usuario.
“BiciMAD, el servicio público de bicicletas 100 % eléctricas de Madrid, ha llegado este año a todos los distritos de la capital. Por su parte, el Pla Director Urbanístic Metropolità de Barcelona fomenta ante el horizonte 2050 los traslados a pie, bicicleta y transporte público en detrimento del vehículo privado”, concreta Ana.
Disminución de la contaminación
El uso de la bicicleta disminuye gran cantidad de gases contaminantes, hecho que contribuye a frenar el cambio climático. Además, es un medio de transporte silencioso, de forma que tiene un impacto menor en la contaminación acústica en comparación con otros vehículos.
Crecimiento económico
El ecosistema ciclista de la UE representa más de mil pequeñas y medianas empresas y un millón de puestos de trabajo. Esta cifra puede incrementar hasta dos millones de empleos de aquí a 2030, según el Parlamento Europeo. Además, la vida útil de una bicicleta también es superior a la de un automóvil.
De hecho, son casi 20 millones de personas las que utilizan regularmente este medio en España, principalmente para potenciar la movilidad sostenible. Según el último barómetro publicado por la Red de Ciudades por las Bicicletas, el año pasado esta cifra siguió creciendo y ya las emplean, al menos una vez a la semana, 11 millones de usuarios, lo que supone un 40 % más entre 2019 y 2022.