En un hecho sin precedentes en la reciente historia judicial de Hong Kong, catorce líderes políticos prodemocracia fueron encontrados culpables de conspiración para subvertir el orden público. El fallo fue emitido este jueves por un tribunal en el emblemático caso de seguridad nacional que ha captado la atención internacional. Dos salas de audiencias del tribunal en West Kowloon se vieron abarrotadas esta mañana por una gran multitud, dentro de la cual se incluyeron diplomáticos extranjeros, evidenciando el interés y la preocupación global por el curso de la justicia en la región.
En un giro inesperado, dos de los acusados, el abogado Lau Wai-chung, de 56 años, y el exconcejal de distrito Lee Yue-shun, de 30, fueron absueltos por el mismo tribunal que condenó a sus compañeros. Este grupo de 16 individuos forma parte de un total mayor, 47 acusados, enfrentando cargos en un proceso judicial extendido relacionado con su participación en elecciones primarias no oficiales organizadas por el campo prodemocracia en julio de 2020. Estas elecciones tenían como objetivo seleccionar candidatos para intentar ganar la mayoría en el Consejo Legislativo de Hong Kong. Mientras 31 de ellos ya habían admitido los cargos anteriormente, los demás mantuvieron su proclamación de inocencia hasta este punto crítico del proceso.
Entre los condenados se encuentran figuras prominentes del movimiento democrático, como los exlegisladores Leung Kwok-hung y Lam Cheuk-ting, lo cual pone de manifiesto la determinación de las autoridades judiciales de Hong Kong en perseguir a los líderes de la oposición. Este juicio, que comenzó en febrero del año pasado, ha sido objeto de escrutinio internacional, especialmente después de que en octubre de 2023, un grupo de expertos independientes asociados con los Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos de la ONU expresara su profunda preocupación por el uso de juicios masivos en contextos de legislaciones de seguridad nacional en Hong Kong. En particular, estos expertos han cuestionado cómo estos procedimientos afectan negativamente las garantías del debido proceso y el derecho a un juicio justo, acusaciones que el Gobierno de Hong Kong ha refutado, calificándolas de erróneas.
Además de las implicaciones legales, el juicio ha subrayado las divisiones y desavenencias dentro del propio movimiento prodemocracia, revelando una complejidad y diversidad de posturas que complica aún más el panorama político de la región. La decisión de tres de los acusados de testificar contra sus compañeros ha provocado una oleada de críticas en las redes sociales, reflejando la polarización y el ambiente de desconfianza que se vive.
Este caso, uno de los más significativos en la historia reciente de Hong Kong en materia de seguridad nacional, no solamente marca un punto de inflexión en la lucha por la democracia en la región sino que también significa una prueba crítica para las relaciones internacionales y la percepción global de la autonomía judicial en Hong Kong bajo la sombra de la influencia china. Con la audiencia programada para reanudarse a las 14:30 hora local (06:30 GMT), el mundo espera atento las próximas decisiones y sus implicaciones para los derechos humanos y las libertades fundamentales en Hong Kong.
