El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha aprobado oficialmente el mapa nacional de exposición al gas radón, que establece qué municipios españoles deberán medir y controlar obligatoriamente este gas en los centros de trabajo. En Castilla-La Mancha, la medida afecta a 127 municipios, clasificados como Zona II —es decir, áreas de actuación prioritaria—, lo que supone el 13 % del total de localidades de la región.
Aunque la presencia de radón en el subsuelo castellanomanchego es más amplia —afecta al 37 % del territorio—, solo en estos municipios será obligatoria la medición conforme a la normativa vigente. Otros 214 municipios han sido catalogados como Zona I, donde la exposición es relevante pero no obliga legalmente a realizar controles, aunque sí se recomienda por motivos de salud pública.
Un riesgo invisible que ya marca la agenda de salud laboral
Con esta resolución, Castilla-La Mancha se suma al grupo de comunidades autónomas donde el radón se ha convertido en un factor clave de la política preventiva en entornos laborales. La aprobación del nuevo mapa llega un año después de que el Plan Nacional contra el Radón y el Código Técnico de la Edificación (CTE) impusieran la obligación general de medir este gas en zonas de riesgo.
La novedad de este año 2025 radica en que el CSN ha definido por primera vez, de forma oficial y concreta, qué municipios están sujetos a la normativa de medición obligatoria, limitándola a aquellos clasificados como Zona II, donde el nivel potencial de radón en el aire interior puede superar el umbral de referencia de 300 Bq/m³.
Qué es el radón y por qué es tan peligroso
El radón es un gas radioactivo natural, incoloro e inodoro, que se genera de forma espontánea en el subsuelo por la desintegración del uranio presente en ciertos tipos de rocas y suelos. Aunque su origen es natural, su acumulación en espacios cerrados —como viviendas, oficinas o locales— puede representar un riesgo severo para la salud.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el radón es la segunda causa de cáncer de pulmón, solo por detrás del tabaco, y la primera entre no fumadores. En España, se estima que más de 1.500 personas mueren al año por causas relacionadas con la exposición a este gas.
¿A qué espacios afecta la normativa?
La obligación de medir el radón se aplica a todo tipo de centros de trabajo situados en los 127 municipios de Zona II, con especial atención a locales en plantas bajas o bajo rasante, donde las concentraciones de radón tienden a ser más elevadas. Entre los espacios más expuestos se encuentran:
- Oficinas y despachos
- Comercios y restaurantes
- Gimnasios y spas
- Laboratorios
- Aparcamientos subterráneos
- Espacios turísticos como minas o cuevas
Aunque los niveles suelen disminuir en pisos superiores, también se han detectado concentraciones significativas en plantas altas, debido a factores como los materiales de construcción, el suministro de agua o el llamado efecto chimenea.
Medición, prevención y soluciones constructivas
La Instrucción IS-47 del CSN establece que la medición del radón debe realizarse durante un mínimo de tres meses, preferiblemente entre octubre y mayo, aunque puede extenderse durante todo el año si el local no cierra por vacaciones.
Desde el sector de la construcción, expertos como David Rodríguez, Product Manager en Construction Solutions de Molins, insisten en la necesidad de aplicar soluciones arquitectónicas integrales:
“No se trata de tomar medidas aisladas, sino de adoptar un enfoque integral que refuerce la seguridad frente a riesgos invisibles como el radón.”
Rodríguez recuerda que el Código Técnico de la Edificación, en zonas de alto riesgo, exige una doble estrategia:
- Una barrera física que impida la entrada del gas.
- Una medida complementaria, como un sistema de ventilación o despresurización del terreno.
La clave, afirma, es evitar que el radón entre en viviendas o espacios laborales, donde pasamos una parte muy significativa de nuestro tiempo diario.
Una medida con impacto en salud pública y prevención
La aprobación de este mapa marca un hito en la estrategia nacional contra el radón y pone sobre la mesa la importancia de adoptar medidas estructurales desde el diseño de los edificios hasta la rehabilitación de espacios existentes. Para Castilla-La Mancha, representa el inicio de una etapa de vigilancia activa frente a este riesgo invisible, pero real, que ya forma parte de la conversación sobre salud, prevención y diseño responsable.
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