En los últimos 100 días desde que el presidente Donald J. Trump asumió su segundo mandato, la administración ha estado bajo un intenso escrutinio mediático, con alegaciones de lo que se ha descrito como «hoaxes» o engaños perpetuados por la oposición. Esta situación ha llevado a la administración a establecer un frente contra lo que consideran información falsa diseminada por figuras políticas y medios de comunicación.
Uno de los ejemplos más sonados en este período involucra a CNN, que fue señalado por intentar desmentir una afirmación hecha por Trump sobre el gasto de la administración Biden en estudios relacionados con la «transgenderidad» en ratones. Tras múltiples críticas y desmentidos, este medio tuvo que actualizar su informe, reconociendo que la afirmación era realmente cierta.
El Departamento de Defensa también ha sido objeto de controversias. Se denunció que Gen. Colin Powell, reconocido exsecretario de Estado, había sido borrado de una lista de figuras notables en el Cementerio Nacional de Arlington. Sin embargo, la administración rápidamente aclaró que no había cambios en dicha lista, manteniendo el nombre de Powell intacto.
Otras narrativas han surgido en relación con figuras políticas. Por ejemplo, el representante Eric Swalwell alegó que Trump había sido responsable de más accidentes de avión en su primer mes en el cargo que cualquier presidente anterior. Un análisis posterior contradijo esta afirmación, revelando que hubo más accidentes durante el mandato de Biden en el mismo período.
La administración Trump no solo se ha enfrentado a lo que califican de «fake news» en el ámbito de la política interna. Allegaciones de redadas de ICE en escuelas y la supuesta «censura» de malas prácticas en programas de asistencia social han sido ampliamente debatidas. En un caso, se aclamó erróneamente que funcionarios escolares de Chicago confirmaron una redada de ICE en una escuela primaria. Posteriormente, se supo que era una amenaza investigada por el Servicio Secreto, no por la Inmigración.
Mientras tanto, figuras de la oposición han criticado duramente la administración, como el caso de gobernadores demócratas que han insinuado que las políticas de Trump amenazan a las comunidades más vulnerables. Sin embargo, estas afirmaciones han sido desmentidas por voceros de la administración, que sostienen que las medidas son necesarias para proteger la seguridad nacional y mantener la integridad de los servicios gubernamentales.
En cada uno de estos casos, desde la administración se han presentado argumentos para desmentir las afirmaciones opuestas, describiendo un esfuerzo concertado por parte de ciertos medios y actores políticos para difundir información errónea y deslegitimar a la administración. En el marco de esta batalla informativa, la administración Trump se ha comprometido a contrarrestar lo que consideran desinformación con la verdad, buscando ofrecer claridad sobre sus políticas y acciones.
Este fenómeno refleja una tensa atmósfera política que no muestra signos de relajación, marcando un capítulo de la política estadounidense donde cada palabra y acción de los líderes es observada y analizada bajo un microscopio mediático. La guerra verbal entre los que apoyan y critican a Trump continúa, con la retórica en aumento y un electorado profundamente dividido en sus percepciones de la realidad política.
Fuente: WhiteHouse.gov