El futuro de la coalición en España, en las próximas elecciones generales de diciembre, depende tanto o más de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que del presidente del gobierno, Pedro Sánchez. Los socialistas están analizando en detalle todos los movimientos y palabras de Díaz, y su éxito en las urnas dependerá de si Podemos decide formar parte del proyecto de la también titular de Trabajo, llamado Sumar. La puesta de largo de su candidatura tendría lugar el próximo 2 de abril en Madrid, donde se representarán IU, los Comunes, Compromís y Más País. Sin embargo, Podemos exige que las listas electorales se configuren a través de primarias abiertas a toda la ciudadanía para participar en esta cita, y el entorno de Díaz muestra recelos ante este mecanismo de elección.
La presentación oficial de Díaz como aspirante a la Moncloa tendrá lugar en 10 días, pero su primer discurso de candidata tuvo lugar el pasado martes durante el primer día de la moción de censura de Vox. Durante una hora de discurso, Díaz ensalzó los hitos del Gobierno principalmente los de su departamento, como la reforma laboral y la subida del salario mínimo, y alabó a la mayoría de los ministros, tanto socialistas como morados. Fuentes socialistas han señalado que este fue un discurso claramente “socialdemócrata”, aunque también apela a los votantes de Sánchez, lo que causa cierta inquietud en algunos cargos socialistas.
Los socialistas no tienen claro que vaya a haber un entendimiento en el espacio situado a su izquierda. Aunque en público elogian las palabras de Díaz, en privado se habla de la frialdad con la que Podemos acogió su discurso. Existe una enorme preocupación en el PSOE por cómo acabará todo esto, y la mayoría de los consultados en las filas socialistas confían en un acuerdo de la vicepresidenta segunda con Belarra e Irene Montero, ministra de Igualdad, aunque no antes de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.
La tesis más común en el ala socialista del Ejecutivo y en la dirección del partido es que Podemos sacará pobres resultados en esos comicios, algo que también influirá a la hora de mantener algunas comunidades, y que después no tendrá más remedio que integrarse en Sumar. Pero nada está claro, y los socialistas ya empiezan a hacer cálculos sobre qué pasaría si en las generales Díaz va por un lado y Podemos por otro. Si hay listas separadas, los socialistas creen que eso les beneficiará en el resultado en las urnas, porque habría movimientos de voto útil hacia ellos. Sin embargo, la suma frente al bloque de la derecha y la extrema derecha se complicaría en gran medida, y volver a gobernar resultaría muy difícil. En definitiva, el futuro de la política española es incierto y lo que ocurra en las elecciones generales de diciembre dependerá en gran medida de los movimientos de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y de la integración o no de Podemos en su proyecto Sumar.
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