Una emotiva despedida que eriza la piel

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Los hinchas del Club Atlético Osasuna han comenzado a reunirse en los alrededores de El Sadar con la intención de apoyar a su equipo en la vuelta de las semifinales contra el Athletic Club de Bilbao.

Con tambores, banderas y gritos de aliento, los aficionados rojillos se han congregado cerca del estadio para demostrar todo el apoyo y la pasión que sienten por su equipo. La emoción es palpable y se puede sentir en el ambiente, en cada rincón de la ciudad.

Desde primera hora de la tarde los alrededores del estadio se han llenado de aficionados que no quieren dejar de ser partícipes de este momento histórico para el club. Todos ellos han ido ataviados con los colores del equipo y con el famoso pañuelo rojo, símbolo de la afición de Osasuna.

La semifinal de la Copa del Rey que enfrenta a Osasuna y Athletic se presenta como una oportunidad única para los rojillos, que llevan desde el año 2017 sin poder acceder a una final.

Pero más allá de la competición en sí, este partido tiene un significado especial para todo el equipo y la afición de Osasuna. La ciudad lleva décadas luchando por mantener su identidad y su cultura, y Osasuna es un exponente clave de ello.

El club se ha ganado el respeto y el cariño de toda la ciudad y de sus habitantes, convirtiéndose en una auténtica institución y en una forma de vida para muchos de sus seguidores. Es por ello que este partido se vive con tanta intensidad, porque más allá de los 90 minutos de juego, Osasuna representa un sentimiento y una forma de ser.

La afición rojilla es conocida por ser una de las más fieles e incondicionales de todo el país. El amor que sienten por su equipo es tan grande que nada ni nadie puede hacerles desistir de su apoyo. Y eso es precisamente lo que se puede sentir en los alrededores de El Sadar en estos momentos.

Mientras el partido se desarrolla en el campo, la afición no para de animar a los suyos, de gritar y de celebrar cada jugada, cada acierto y cada gol, aunque sea desde lejos.

Cuando todo termina, gane o pierda Osasuna, la afición seguirá demostrando su amor por el club con orgullo y con la cabeza bien alta. Porque Osasuna es más que un equipo, es una identidad, una forma de ser y de entender el fútbol y la vida. Y eso es algo que ningún resultado podrá cambiar.

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