croissant

Nos hemos vuelto locos por el croissant, pero… ¿lo estamos comiendo mal?

El croissant es, sin duda, uno de los mayores placeres de la repostería. Crujiente por fuera, tierno por dentro y con ese irresistible aroma a mantequilla, es el acompañamiento perfecto para un café, un desayuno rápido o un capricho de media tarde. Sin embargo, esta icónica pieza de la repostería francesa parece haber perdido su esencia en la era de

Nos hemos vuelto locos por el croissant, pero… ¿lo estamos comiendo mal?

El croissant es, sin duda, uno de los mayores placeres de la repostería. Crujiente por fuera, tierno por dentro y con ese irresistible aroma a mantequilla, es el acompañamiento perfecto para un café, un desayuno rápido o un capricho de media tarde. Sin embargo, esta icónica pieza de la repostería francesa parece haber perdido su esencia en la era de

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