Puigdemont asegura que el aval del TC a la amnistía ‘limita el margen de prevaricación’ del Supremo

La sentencia del Constitucional sobre la amnistía abre una nueva grieta: Puigdemont acusa al Supremo de "boicotear la ley"

El silencio tenso que siguió al fallo del Tribunal Constitucional ya se ha roto. Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat y líder de Junts per Catalunya, ha lanzado un mensaje claro bajo la sombra de la ley de amnistía avalada por el alto tribunal: "El margen prevaricador del Tribunal Supremo se está estrechando". Las palabras, grabadas en un vídeo distribuido por su partido, no son una celebración, sino un nuevo frente en un pulso institucional que parece no tener fin.

Ayer, seis votos a favor de la mayoría progresista del Constitucional respaldaron la constitucionalidad de la norma, frente a los cuatro en contra de los magistrados conservadores. Era el último obstáculo legal para su aplicación. Sin embargo, Puigdemont mira más allá del papel: "Sé que les da igual, porque nadie se atreverá a juzgar a los jueces del Supremo", afirma con ironía mordaz.

El reproche va directo al corazón del poder judicial español. Desde Waterloo, el expresidente acusa al alto tribunal de "forzar las costuras del Estado de derecho" hasta crear una grieta "insostenible". No es solo crítica; es una denuncia política: "En un Estado de derecho, los jueces aplican las leyes. En el Estado español, los jueces no. Aplican la ley de la forma que a ellos les gusta y boicotean aquellas con las que están en desacuerdo político". La frase, dura, refleja un desencuentro que trasciende lo jurídico para adentrarse en lo territorial.

Puigdemont insiste en que la amnistía es "necesaria, pero no suficiente", y advierte de que su incumplimiento abre "una crisis profunda". Para él, el verdadero conflicto no es la ley, sino lo que simboliza su posible bloqueo: "Otra muestra de la estafa democrática del régimen monárquico español". El mensaje, cargado de simbolismo, reactiva el debate sobre la desconexión entre Cataluña y las instituciones centrales.

Mientras, la imagen del Supremo como actor político vuelve al centro del tablero. La pregunta ahora es cuándo —y cómo— se aplicará la amnistía. Pero queda claro que, para Puigdemont, la batalla no termina con una sentencia. Al contrario: apenas empieza.

Actualizado el 27/06/2025 – 15:39

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