El servicio de bicicletas públicas de Madrid, Bicimad, lleva dos semanas sin funcionar correctamente. El Ayuntamiento de Madrid introdujo el nuevo Bicimad, una ampliación y cambio de sistema que coexistiría durante unos meses con el antiguo. La medida se vio acompañada de viajes gratuitos hasta fin de julio para hacer más llevadero el período de transición, lo que ha llevado a una afluencia masiva de usuarios.
La situación ha generado un colapso absoluto de la red, con bicicletas abandonadas en las estaciones y numerosas bicicletas perdidas, incluyendo bicicletas nuevas, que cuestan 2.410 euros cada una. El Ayuntamiento de Madrid se ha mantenido en silencio respecto al tema, aunque la compañía pública EMT es responsable del servicio.
Para los usuarios habituales de Bicimad, la situación es desesperante. La falta de bicicletas disponibles hace difícil moverse en la ciudad, lo que ha dejado a los usuarios sin medio de transporte. El cambio a un nuevo sistema ha generado problemas tecnológicos y la migración a nuevas aplicaciones, lo que ha llevado a una gran variedad de errores, incluyendo errores que duran hasta diez horas, lo que significa un mayor costo para los usuarios.
Varias ciudades españolas han pasado por procesos similares de cambio de sistemas sin hundir sus redes, lo que ha llevado a replantearse la problemática y a buscar soluciones. San Sebastián aprovechó la pandemia para detener el sistema viejo e instalar el nuevo, lo que evitó la migración y disminuyó el vandalismo. La situación en A Coruña ha mostrado fallos en la aplicación y errores en la plataforma de pago, aunque ha habido un aumento constante de usuarios y una gran demanda de bicicletas eléctricas.
El sistema de Biki en Valladolid ha sido notable por su éxito. Las estaciones nuevas se han ido agregando con tiempo, y las estaciones antiguas se han puesto en paralelo con las nuevas. Una vez completado el despliegue, se apagó el sistema antiguo y se encendió el nuevo, con un proceso de alta en una nueva aplicación sin saldo para evitar problemas. Los usuarios han acogido el cambio satisfactoriamente y el sistema ha aumentado la demanda de bicicletas eléctricas.
En resumen, el cambio en el sistema de Bicimad ha generado problemas que han llevado a la interrupción del servicio y la pérdida de bicicletas, incluyendo nuevas, lo que resultará en un costo significativo. Otras ciudades españolas han enfrentado cambios similares sin generar problemas, lo que requiere un replanteamiento del cambio de sistema y una solución para la problemática actual.
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