El partido político Podemos ha denunciado públicamente la «manipulación» del presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), José Félix Tezanos, tras el desaire que recibieron dos de sus lideresas, Ione Belarra y Irene Montero.
Según la formación política de izquierdas, el CIS habría excluido a Belarra y Montero de una encuesta realizada recientemente. En dicha consulta, se les preguntaba por la valoración que los ciudadanos tenían de los diferentes líderes de los partidos políticos. Sin embargo, al parecer, estas dos figuras de Podemos habrían sido ignoradas en dicha encuesta, lo que ha provocado la indignación de la formación morada.
Para Podemos, se trata de una actitud partidista y parcial por parte del responsable del CIS, ya que consideran que Belarra y Montero son dos de las líderes políticas más relevantes de la formación y tienen un papel importante en la vida política del país.
La respuesta del CIS, sin embargo, ha sido tajante. Según Tezanos, la encuesta en cuestión se realizó en base a una metodología preestablecida y los resultados obtenidos son los que se presentan en el informe final. En este sentido, el presidente del CIS ha rechazado cualquier tipo de acusación sobre una supuesta manipulación en la selección de los candidatos preguntados.
Pese a la negativa de Tezanos, desde Podemos se insiste en que se trata de una maniobra de manipulación al marginar a sus dos líderes políticas en una encuesta tan relevante como esta.
Al margen de las tensiones entre el CIS y Podemos, lo cierto es que este episodio ha vuelto a poner en evidencia la falta de confianza que existe en la política española. Muchos ciudadanos ven en este tipo de episodios una muestra más de la falta de transparencia y honradez de los políticos.
Es evidente que los partidos políticos utilizan todos los medios a su alcance para tratar de obtener alguna ventaja sobre sus rivales. En este sentido, la manipulación de los datos de una encuesta puede ser una forma de intentar influir en la opinión pública y, por tanto, en el resultado de las elecciones.
El CIS debería ser una institución independiente y neutral, ajena a los intereses de los partidos políticos. Sin embargo, esta imagen ha quedado seriamente dañada tras el episodio de la encuesta y la reacción del partido de Pablo Iglesias.
En definitiva, el enfrentamiento entre Podemos y el CIS es un episodio más de la actual situación política española, marcada por la polarización, la crispación y la falta de acuerdo entre las diferentes fuerzas políticas.
En lugar de trabajar por el bien común, los partidos se enzarzan en disputas estériles que no benefician a nadie. Es necesario que los políticos asuman su responsabilidad y trabajen por recuperar la credibilidad y la confianza perdidas entre los ciudadanos. Solo así se podrá avanzar en la construcción de un país más justo y equitativo.
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