Pablo Casado reconoce no haber contrastado sus acusaciones sobre el catalán en las escuelas ante el juez, aunque afirma que volvería a hacerlo

El expresidente del Partido Popular, Pablo Casado, ha comparecido ante un juez este lunes para responder sobre las declaraciones que hizo en diciembre de 2021 acerca del uso del catalán en las escuelas de Cataluña y que generaron una querella por injurias, calumnias y delito de odio por parte de la Generalitat.

Casado ha admitido ante el juez que no contrastó la veracidad de sus declaraciones con fuentes oficiales, sino que las basó en informaciones de medios de comunicación. El entonces líder conservador afirmó que existían casos de alumnos a los que se les impedía ir al lavabo durante las clases porque no lo pedían en catalán.

La admisión por parte de Casado de que no fue riguroso a la hora de comprobar la veracidad de sus declaraciones representa un duro golpe para su credibilidad y su imagen política, especialmente en un momento en el que se habla de una posible nueva candidatura a la presidencia del Partido Popular.

Por otro lado, resulta preocupante que un líder político haga este tipo de afirmaciones sin contrastarlas previamente, echo que puede generar una sensación de crispación e incluso de odio hacia una lengua y una cultura determinada.

En cualquier caso, la postura de Casado de asegurar que «lo volvería a hacer» es tanto un acto de valentía como de irresponsabilidad, puesto que pone de manifiesto su falta de escrúpulos al momento de emitir declaraciones que pueden generar un daño irreparable a una comunidad entera.

Además, el hecho de que un personaje público haga uso de fuentes poco fiables genera un precedente peligroso para la sociedad en su conjunto, puesto que sienta un precedente que otros líderes políticos a seguir, con el riesgo de una escalada de tensiones y conflictos sociales.

En conclusión, la admisión de Casado de que no contrastó sus declaraciones sobre el catalán en las escuelas representa un hito importante en su carrera política, puesto que pone en evidencia una falta de rigor y de responsabilidad a la hora de emitir afirmaciones que pueden generar un impacto negativo en la sociedad. Sin embargo, la postura de «lo volvería a hacer» demuestra que este político aún tiene mucho que aprender en cuanto a su papel dentro de la sociedad y su responsabilidad como líder político.

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