La eurodiputada y exconsejera catalana Clara Ponsatí ha vuelto a Bruselas tras su breve estancia en territorio español para comparecer ante el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, por su papel en el referéndum independentista de 2017.
Ponsatí, que escapó de España en marzo de 2018 después de ser acusada del delito de rebelión por su participación en el proceso independentista catalán, había acudido a la capital española en respuesta a la citación judicial. Sin embargo, tras su llegada, decidió no presentarse ante el juez y regresó rápidamente a Bélgica.
La eurodiputada ha indicado que su renuncia a comparecer se debe a la «falta de garantías procesales» y a las «irregularidades» en el proceso judicial contra ella y otros líderes independentistas. Además, ha desestimado las peticiones del juez Llarena, quien ha intentado que la comparecencia de la diputada tenga lugar en una fecha cercana, porque «no tiene ninguna autoridad» sobre ella.
Estas declaraciones son ilustrativas de la creciente tensión entre los líderes separatistas catalanes exiliados y el gobierno español, que ha presentado cargos graves, incluyendo el de rebelión, contra muchos de ellos. La situación se ha visto agravada después de las elecciones generales españolas de abril de este año, que dieron lugar a un parlamento muy dividido y a un aumento de la polarización política.
Además, la resistencia de Ponsatí a comparecer ante el juez Llarena sugiere que la lucha política en torno al proceso independentista catalán se está extendiendo más allá de las fronteras españolas. La eurodiputada ha estado involucrada en una campaña de protesta contra la amenaza de extradición por parte del gobierno español de otros activistas independentistas, lo que ha aumentado su perfil en los medios internacionales.
Como consecuencia de las tensiones políticas en curso, muchos líderes independentistas catalanes han huido del país para evitar cargos judiciales. Entre ellos se encuentra el ex presidente catalán Carles Puigdemont, que está actualmente exiliado en Bélgica y que también enfrenta cargos relacionados con el referéndum de 2017.
El caso de Ponsatí ha renovado las preocupaciones internacionales sobre la situación en Cataluña y ha llevado a algunos a cuestionar la capacidad del gobierno español para manejar la cuestión de la independencia catalana de manera justa y efectiva. Aunque las autoridades españolas han defendido su derecho a llevar a cabo un proceso judicial justo, los independentistas catalanes han argumentado que están siendo perseguidos políticamente y han denunciado el uso excesivo de la fuerza en la represión de las protestas.
En resumen, la decisión de Clara Ponsatí de no comparecer ante el juez Llarena ha aumentado las tensiones entre los líderes separatistas catalanes exiliados y el gobierno español. Esta tensión se está extendiendo más allá de las fronteras españolas, lo que lleva a algunos a cuestionar la capacidad del gobierno para manejar la cuestión de la independencia catalana de manera justa. El caso de Ponsatí ha renovado la preocupación internacional sobre la situación en Cataluña y ha dado lugar a un aumento de la polarización política en España.
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