La reconocida figura política y jurídica Cristina Alberdi, quien desempeñara un role significativo en la política española como exministra de Asuntos Sociales durante la administración de Felipe González y fuese una distinguida exvocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), ha fallecido a los 78 años. Las noticias de su partidad llegaron este jueves, dejando un vacío en el panorama político y social del país.
Alberdi, oriunda de Los Rosales, Sevilla, nació en 1946, marcando su trayectoria no sólo por su notable aporte en la política sino también por su firme posición en la promoción de los derechos y la justicia. Su formación jurídica se consolidó en la Universidad Complutense de Madrid, donde se licenció en Derecho en 1968, para luego colegiarse en 1971. Su carrera tomó un giro decisivo en 1985, cuando fue seleccionada como la primera mujer vocal del CGPJ por el Senado, en propuesta del PSOE, marcando un precedente importante en la representación femenina en espacios de alta dirección jurídica.
La labor de Alberdi se extendió a la configuración política de España durante y después de la Transición, participando activamente en los diálogos y procesos que culminaron en la elaboración de la Constitución Española. Sin embargo, fue en 1993 cuando su compromiso con el servicio público tomó una nueva dimensión al asumir el cargo de ministra de Asuntos Sociales, responsabilidad que ejerció con dedicación hasta 1996. Curiosamente, se afilió al PSOE en 1995, un movimiento que prefació su elección como diputada por la provincia de Málaga al año siguiente, y más tarde, representaría a Madrid en el Congreso en el año 2000.
Las contribuciones de Alberdi se extendieron más allá de los límites del Congreso, ejerciendo influencia significativa dentro del PSOE, donde llegó a presidir la Federación Socialista Madrileña (FSM) y lideró el área de Estudios y Programas de la Ejecutiva de la federación. También desempeñó un rol clave en la comisión gestora del PSOE, navegando la formación política hacia un nuevo rumbo que culminaría con la elección de José Luis Rodríguez Zapatero como secretario general.
Sin embargo, su trayectoria política no estuvo exenta de discrepancias. En 2003, Alberdi abandonó el PSOE en protesta por lo que consideraba desaciertos estratégicos, especialmente visibles en el episodio conocido como ‘tamayazo’ en la Asamblea de Madrid. Este acto de convicción subrayó su integridad y firmeza en sus creencias.
Posteriormente, en un giro inesperado pero coherente con su trayectoria de lucha por los derechos y contra la violencia de género, fue nombrada en 2004 por Esperanza Aguirre como presidenta del Consejo Asesor del Observatorio contra la Violencia de Género de la Comunidad de Madrid. En su rol dentro del CGPJ, Alberdi fue conocida por su oposición a sentencias y resoluciones judiciales que consideraba machistas, ganándose un lugar como referente de feminismo de su época.
La partida de Cristina Alberdi deja una huella imborrable no sólo en la política española sino también en los corazones de aquellos que la conocieron y se inspiraron en su lucha por un país más equitativo y justo. Su legado perdurará, recordando a las futuras generaciones el poder del compromiso con la justicia social y la igualdad de género.
