En medio de la vida universitaria de Madrid, una transformación cultural está emergiendo con fuerza en los tradicionales Colegios Mayores, instituciones emblemáticas que han sido, durante años, escenario de novatadas. Un ritual de iniciación que, para muchos, simboliza un rito de paso, pero que para otros conlleva una serie de prácticas vejatorias y humillantes.
Julia y Andrea, dos jóvenes de 18 años que acaban de comenzar su andadura universitaria, se encuentran entre aquellos estudiantes que respiran aliviados ante la creciente desaprobación de estas prácticas. Al llegar al Colegio Mayor en el distrito madrileño de Chamberí, lo que las recibió fue una clara declaración de intenciones: «Aquí no hacen novatadas». Esta afirmación es un testimonio del cambio de actitud que se está observando en todo el sector.
Lucía, una estudiante veterana de tercer año, refleja este cambio de paradigma afirmando que las novatadas «ya pasaron de moda». Su energía está ahora centrada en organizar actividades inclusivas y festivas que fomenten la integración sin recurrir al escarnio o la humillación. Esta tendencia se repite en varias residencias donde la consigna es clara y unánime: «Las novatadas ya no se llevan».
La percepción de las novatadas como un elemento obsoleto, comparable a enviar un SMS o crear una cuenta de correo de Yahoo, evidencia un cambio generacional en la concepción de la integración universitaria.
Sin embargo, la realidad es que, a pesar de esta evolución positiva, las novatadas no han sido completamente erradicadas. Hechos recientes, como los incidentes de humillaciones y las viralizaciones de cánticos machistas en determinados Colegios Mayores de Madrid, recuerdan que la práctica sigue siendo un problema persistente y perseguido.
En respuesta a este desafío, la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Asociación de Colegios Mayores de Madrid (CCMM) no han cesado en su esfuerzo por promover un cambio cultural sustancial. Han lanzado campañas antinovatadas y han involucrado a los propios estudiantes en la creación de estas, buscando generar una «campaña en positivo» que promueva el respeto mutuo y la convivencia sana.
Entre las medidas adoptadas, destaca el endurecimiento de las sanciones y la inclusión de las novatadas como falta muy grave según la Ley de Convivencia Universitaria. Este enfoque holístico, sumado al apoyo psicológico disponible a través de servicios como PsiCall, busca prevenir y sancionar conductas que atenten contra la dignidad de los estudiantes.
Aun con las dificultades que presenta la erradicación de estas prácticas, especialmente fuera del ámbito universitario, existe un compromiso firme y una visión alentadora. Las instituciones educativas están logrando cambios tangibles, como lo demuestra la disminución en el número de denuncias y abandonos por motivos de novatadas.
En tanto, desde plataformas como «No más novatadas», se destaca la importancia de seguir sensibilizando a la población y aprovechar las herramientas legales para combatir el abuso y el acoso. Ejemplos como el del Colegio Mayor Mendel ilustran cómo la eliminación de las novatadas puede convertirse en un valor diferenciador y fuente de orgullo.
Esta transformación cultural en el entorno de los Colegios Mayores de Madrid refleja una evolución hacia prácticas más sanas y respetuosas, subrayando el compromiso de las instituciones y la comunidad universitaria para garantizar una acogida libre de abusos a las nuevas generaciones. En este nuevo septiembre, y todos los que vendrán, la esperanza es que la integración positiva prevalezca, marcando el fin de una era de novatadas y el comienzo de una tradición de acogida basada en el respeto y la inclusión.