El pueblo cubano se encuentra en una situación incierta y precaria, con altos niveles de inflación y carestía de oportunidades. El gobierno se centra en recuperar el sector turístico, pero el país sufre el mayor éxodo migratorio de su historia, con más de 180.000 jóvenes abandonando la isla el año pasado. También hay un problema grave de vivienda, con edificios en ruinas y falta de mantenimiento debido a la antigüedad y la falta de recursos. Muchas personas viven en albergues temporales que no cumplen los requisitos mínimos de habitabilidad y donde predominan mujeres y niños. La especulación y el monopolio de las organizaciones militares en sectores rentables como el turismo, impide que muchos habitantes puedan acceder a materiales de construcción y realizan transacciones a través del mercado negro. Existe una intención especulativa por parte del gobierno, que permite que las viviendas se destruyan, las compra a bajo costo y las vende a compañías extranjeras, trabajando junto con cualquier inversor. Muchos habitantes continúan habitando en lugares que están en situación de derrumbe parcial o total, sin mantenimiento y sin perspectivas de solución por parte del gobierno. En general, la mayoría de los cubanos no pueden cubrir sus necesidades básicas y padecen una precaria situación económica que les obliga a buscar opciones fuera del país, abandonando familiares y amigos en busca de oportunidades.
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