En un intento por marcar distancia de las tensiones diplomáticas recientes entre España y Argentina, Alberto Núñez Feijóo ha adoptado una postura imparcial, criticando las acciones de ambos gobiernos. El líder del Partido Popular hizo declaraciones contundentes durante la presentación de su programa electoral europeo en Madrid, donde denunció la falta de moderación en la política actual, apuntando directamente tanto al gobierno de Pedro Sánchez en España como a las declaraciones de Javier Milei, acerca de la esposa del presidente Sánchez. Feijóo expresó su descontento con la escalada verbal que no representa ni beneficia a las poblaciones de los respectivos países, llamando a una política de «ética», «moderación» y «diálogo sereno».
Este pronunciamiento de Feijóo llega en un momento particularmente tenso, tras las declaraciones de Milei en un evento organizado por Vox, que no solo provocaron una amarga respuesta del Partido Popular, sino que también desataron una ola de críticas desde diversas facciones del espectro político español. La visita del argentino ha encendido un debate polémico en la víspera del arranque de la campaña para las elecciones europeas, con acusaciones y reproches volando entre los principales partidos políticos de España. Esteban González Pons, del PP, reprochó a Milei su comportamiento como una «intromisión en política nacional» y critica la actitud del gobierno al elevar la investigación sobre Begoña Gómez a una cuestión de Estado.
La situación ha escalado hasta el punto de que el presidente argentino ha tenido que responder en redes sociales a las exigencias de disculpas públicas por parte del ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, mientras que Santiago Abascal, líder de Vox, ha criticado duramente al PP por su respuesta a Milei, calificándolos de «derechita cobarde y estafadora».
En este entorno cargado, el llamado de Feijóo a una política de moderación y diálogo parece una voz aparte, intentando situarse por encima del enfrentamiento directo mientras critica la tendencia hacia la polarización. El líder del PP insiste en que los intereses de españoles y argentinos no deben estar secuestrados por una política de confrontación, apelando a una mayor responsabilidad y ética en el discurso político.
