En una era donde la tecnología avanza a pasos agigantados, imponiendo su presencia en cada aspecto de nuestra vida cotidiana, la seguridad digital se ha vuelto un tema de máxima importancia. Los avances en telefonía móvil, que han transformado nuestros dispositivos en auténticos ordenadores de bolsillo, han hecho que la información personal y financiera esté ahora más accesible pero, lamentablemente, también más vulnerable a los ataques de ciberdelincuentes.
Los ataques de estos delincuentes digitales se están volviendo cada vez más sofisticados, empleando estrategias y timos diseñados para que las propias víctimas les brinden acceso a sus datos más sensibles sin darse cuenta. Uno de los grupos demográficos más afectados incluye a las personas mayores, como se evidencia en el caso de una persona de 86 años que fue objetivo de una estafa relacionada con un currículum. Este evento subraya que nadie está a salvo, independientemente de la edad.
Además, la vulnerabilidad no distingue de estatus o posición, ya que incluso figuras públicas como un alcalde en Navarra han sido víctimas de estas artimañas digitales, en este caso, a través de WhatsApp. Tales incidentes demuestran la necesidad imperante de adoptar medidas preventivas para salvaguardar nuestra seguridad financiera.
Recognizando la gravedad de esta situación, el Banco Santander ha tomado la iniciativa de educar a sus clientes sobre cómo protegerse contra este tipo de fraudes financieros. A través de comunicaciones directas, como correos electrónicos, la entidad bancaria está informando sobre los métodos más comunes empleados por los ciberdelincuentes, que van desde correos electrónicos phishing y mensajes de SMS hasta llamadas telefónicas y mensajes de WhatsApp engañosos.
El banco advierte sobre la importancia de no divulgar información personal o financiera a solicitudes no verificadas y recalca que nunca pediría a sus clientes que hagan clic en enlaces sospechosos o que compartan contraseñas. Asimismo, se enfatiza el peligro de realizar transferencias bancarias a pedido de individuos o entidades no verificadas, señalando que esta es una táctica comúnmente usada por impostores para obtener dinero de manera fraudulenta.
En una época donde las estafas y los timos aprovechan la tecnología para proliferar, la información y la prevención son nuestras mejores defensas. La recomendación general es mantener un alto nivel de escepticismo ante solicitudes inusuales o inesperadas de información personal o financiera y verificar siempre la autenticidad de la fuente antes de proceder con cualquier transacción o compartir datos de importancia.