En la era de la música digital, donde las playlists de Spotify y el streaming reinan, podría parecer que las tiendas de discos tradicionales están destinadas a convertirse en meros recuerdos del pasado. Sin embargo, espacios como estos, atesorados por coleccionistas y amantes de la música en vinilo, siguen ofreciendo una experiencia única que va más allá de la mera adquisición de música. En el corazón de esta escena resistente se encuentra Manuel Celso Puñonrostro, cuya peculiar colección de bolsas de discos ofrece una cápsula del tiempo al diseño, el ocio y la sociedad de épocas anteriores.
Los rincones dedicados a la cultura del vinilo, pese a ser menos frecuentes hoy en día, representan un refugio para aquellos que buscan revivir la sensación palpable de la música. El libro «Plásticos: Un recorrido gráfico por la memoria y el presente de las tiendas de discos» se sumerge en este mundo, contando la historia a través de las narrativas y anécdotas de quienes han vivido esta pasión de cerca.
La iniciativa del libro surgió del descubrimiento de Raúl Alonso, editor de La Fonoteca, de la colección de bolsas de Manuel Celso Puñonrostro. Este proyecto, concebido originalmente como una modesta exposición, se transformó en una obra que busca transmitir la pluralidad de experiencias alrededor de las tiendas de discos, no solo en Madrid, sino en toda España. A través de estas páginas, se invita al lector a explorar el fenómeno desde múltiples perspectivas, abarcando desde la nostalgia hasta la importancia actual del vinilo.
Para los impulsores de este libro, las tiendas de discos se mantienen como espacios de resistencia frente a los cambios sociales y culturales. La continuidad de algunas tiendas y la aparición de nuevas en la escena madrileña señalan un renacer del vinilo, lejos de ser una mera mirada anhelante al pasado, reflejando la realidad de una comunidad que sigue valorando lo tangible en la era digital.
Manuel Celso Puñonrostro, un devoto de este universo musical, subraya la importancia emocional de las tiendas que frecuentaba en su juventud, lugares que le permitieron descubrir joyas musicales y crear conexiones personales con la música. Este sentimiento de comunidad y descubrimiento es un hilo conductor en «Plásticos», con cada colaborador aportando su perspectiva única y compartida sobre el significado de estas tiendas en sus vidas.
El libro también destaca por incluir miradas hacia el futuro, como la de Andrea Galaxina, quien describe su fascinación por La Integral, una tienda que representa tanto un refugio cultural como un lugar de descubrimiento personal. Este espacio demuestra cómo, pese al declive en el número de tiendas de discos y los desafíos del alto costo y la limitada variedad, la experiencia única que ofrecen sigue siendo irremplazable.
«Plásticos» no es solo una celebración de la música en vinilo o el diseño gráfico de las bolsas de discos, es un testimonio de la importancia cultural y social de las tiendas de discos. En palabras de sus protagonistas, el libro es un llamado a preservar estos espacios, recordándonos que no hay sustituto para el vacío que dejarían en caso de desaparecer. En un mundo dominado por lo digital, la perseverancia de las tiendas de discos es un recordatorio vibrante de la necesidad humana de conexiones reales y experiencias auténticas.
