«Una sonrisa perpetua ocultando un carácter de acero»

El barrio de San Valentín en Ferrol, un lugar lleno de historia y comunidad

Manolo Veiga, un trabajador de Astano, se casó el 20 de marzo de 1971. Junto con su esposa, fue uno de los primeros inquilinos de las viviendas baratas en régimen de cooperativa que se construyeron en el barrio de San Valentín para los trabajadores del astillero. En aquel entonces, Ferrol y su ría eran un centro neurálgico de la construcción naval en España, y Astano era uno de los astilleros más importantes de la zona. La construcción naval y la ciudad de Ferrol estaban estrechamente ligadas.

El barrio de San Valentín se llenó rápidamente de vida. Los trabajadores y sus familias se agruparon en torno a los servicios que surgieron para atender sus necesidades. Había de todo: supermercados, sucursales bancarias, farmacias, estancos… Incluso antes de que el barrio estuviera completamente desarrollado, nació la primera niña, Yolanda Díaz.

El barrio de San Valentín se ha convertido en un lugar lleno de historia y comunidad. Han pasado más de 50 años desde que se construyeron las primeras viviendas, y aunque muchas cosas han cambiado en Ferrol, el espíritu de la comunidad sigue siendo el mismo. El barrio es rico en historias de lucha y resistencia, y muchos de sus habitantes tienen una conexión personal con la historia del lugar.

Suso Basterrechea, por ejemplo, es un artista que vivió en el barrio de San Valentín y se involucró en los movimientos sociales de la zona. Sari Alabau es otra figura importante del barrio, reconocida por su lucha contra la dictadura franquista. Los vecinos del barrio tienen historias fascinantes que contar, y muchas de ellas pueden leerse en las calles, murales y esculturas que adornan el lugar.

Por otro lado, la política también ha estado muy presente en la historia de San Valentín. Pablo Iglesias y Yolanda Díaz se abrazaron en el barrio durante las elecciones de 2019, tanto porque Díaz nació allí como porque el barrio se ha vinculado históricamente a la lucha obrera y a la izquierda política.

En la actualidad, San Valentín enfrenta nuevos desafíos. El barrio está envejeciendo y algunos edificios necesitan renovaciones. También se habla de la presión inmobiliaria sobre el lugar y del riesgo de la gentrificación. Es por eso que muchos vecinos y vecinas del lugar están luchando por defender la esencia del barrio. Ángel Mato, el actual alcalde de Ferrol, ha prometido apoyo a los habitantes de San Valentín, comprometiéndose a no permitir que la gentrificación se apodere del lugar.

Pilar Díaz, ex alcaldesa de Mugardos, también defiende la importancia histórica del barrio: “San Valentín es un ejemplo de éxito cooperativo, de que se puede construir y progresar juntos”. Para ella, la clave está en cuidar el patrimonio, la historia y la identidad del lugar.

En definitiva, el barrio de San Valentín en Ferrol es un lugar lleno de historia y comunidad. Desde sus inicios como un lugar para los trabajadores de Astano, ha evolucionado y se ha consolidado como un espacio para la lucha y la resistencia. Sus vecinos y vecinas luchan hoy en día por mantener la esencia del lugar y defender su patrimonio, historia e identidad.

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