Una Ciudad Renovada: Menos Tráfico, El Adiós al Pirulí y la Bienvenida a un Intercambiador Moderno

Plaza de Castilla, uno de los nodos de comunicación más importantes al norte de Madrid, se encuentra en la mira de expertos urbanistas y arquitectos que la consideran más un punto de tráfico que un espacio de encuentro ciudadano. Este lugar, caracterizado por su alta saturación urbanística y automovilística, está lejos de cumplir con la función tradicional de una plaza debido a la predominancia del transporte privado y la falta de áreas verdes y espacios para el esparcimiento.

A través de la iniciativa Madrid Nuevo Norte, expertos proponen una reconceptualización de Plaza de Castilla que incluye buscar alternativas al transporte privado, renovar el intercambiador y retirar elementos urbanos como el conocido pirulí de Calatrava que, según opinan, ocupa un espacio valioso en el corazón de Madrid.

Pablo Olalquiaga, vicedecano del Colegio Oficial de Arquitectura de Madrid (COAM), recuerda que originalmente, la Plaza de Castilla no fue concebida como tal, sino como una gran glorieta que facilita el cruce central en el norte de Madrid, lo que ha llevado a la falta de uniformidad en la orientación y morfología de los edificios circundantes, así como a la ausencia de una trama urbana diseñada para el ocio y el recreo.

La historia de este enclave se remonta a una época en la que prevalecía una zona central dedicada a Calvo Sotelo, que se ha visto eclipsada y, en cierto modo, ridiculizada por las más imponentes Torres Kio y otros elementos urbanos que no favorecen el encuentro ciudadano. Actualmente, con el proyecto de Madrid Nuevo Norte en el horizonte, se abre la posibilidad de repensar y transformar este espacio para integrarlo de manera efectiva y armónica en el tejido urbano de la capital.

Expertos como Alberto Tellería, arquitecto y vocal técnico de Madrid, Ciudadanía y Patrimonio (MCyP), reivindican el potencial de Plaza de Castilla como jardín público accesible, recordando su pasado antes de convertirse en la encrucijada que es hoy. La inclusión de áreas verdes y la posibilidad de hacer el centro de la glorieta accesible a peatones son algunas de las ideas planteadas.

El debate sobre Plaza de Castilla también toca puntos como la necesidad de reducir el tráfico y favorecer el transporte público, una visión compartida por Antonio Giraldo, urbanista y concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid. Este enfoque busca no solo mejorar la calidad de vida en este punto estratégico sino también pensar en la sostenibilidad y la movilidad futura de la ciudad. La mirada está puesta en transformar un «no espacio» dominado por el vehículo, en un lugar vibrante que invite al encuentro y respire aires de zona verde, retando la actual dinámica de entrega del espacio público al automóvil.

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