Título alternativo:

«Ningún herido declarará ante la comisión investigadora del accidente en la mina de Cerredo»

Título de resultado (solo):
«Heridos del accidente en la mina de Cerredo no testificarán en la comisión»

Las heridas que no desean ser vistas: los supervivientes del accidente minero de Cerredo eluden la comisión

La sombra del accidente en la mina de Cerredo sigue alargándose, pero esta vez no sobre un estrado de declaraciones, sino en el silencio de quienes lo vivieron. Covadonga Tomé, presidenta de la Comisión de Investigación parlamentaria en Asturias, confirmó este martes que ninguno de los heridos supervivientes comparecerá ante los diputados. De los cuatro inicialmente convocados, tres declinaron acudir desde el principio. El cuarto, en un último gesto de fragilidad comprensible, comunicó que, por su estado anímico, no podrá enfrentarse al relato público de lo ocurrido. «Quiere pasar página», resumió Tomé.

El dolor no es un trámite administrativo. La decisión de estos hombres —cuyos nombres y rostros han quedado fuera de los micrófonos— refleja una realidad más profunda que cualquier informe: hay preguntas que reabren heridas, respuestas que duelen más que las cicatrices físicas.

Mientras tanto, la maquinaria institucional avanza. Las comparecencias arrancarán en la última semana de julio, del 28 al 31, con un ritmo denso: dos sesiones mañaneras y una vespertina. El primer bloque, centrado en la administración asturiana, seguirá un orden jerárquico ascendente: desde los funcionarios de base hasta los exconsejeros, pasando por coordinadores y jefes de servicio. El objetivo declarado es claro: evitar que la burocracia diluya las responsabilidades.

Una mina (Imagen de archivo iStock)

La obligatoriedad como último recurso
Tomé recalcó que las convocatorias son vinculantes y que negarse podría acarrear consecuencias legales. También pidió al Partido Popular que afine la selección de miembros de la Brigada de Seguridad Minera llamados a declarar, para no saturar la comisión con testimonios irrelevantes. Un guiño a la eficiencia, en un proceso donde el tiempo —y la paciencia de las víctimas— no sobra.

Pero no todos parecen remar en la misma dirección. La presidenta cargó contra Vox, acusándolo de poner «trabas» y mostrar escaso interés en que la investigación progrese. La política, como casi siempre, se cuela por las grietas de la tragedia.

Lo que queda fuera del expediente, sin embargo, es el coste humano. Cuatro supervivientes han dicho «no» a ser interpelados. No por desprecio a la justicia, sino porque hay dolores que prefieren guardarse. La comisión buscará verdades en documentos y declaraciones técnicas. Ellos, mientras tanto, lidian con una verdad distinta: la que no cabe en actas.

Scroll al inicio
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.