En un giro inesperado en su carrera, Luis Larrodera ha dejado atrás su faceta de locutor en la SER y Cadena Dial para adentrarse en las aguas de la comunicación digital, presentando de manera virtual y vía YouTube, una peculiar y novedosa subasta organizada por el Ministerio de Sanidad bajo el Plan Nacional sobre Drogas. Este movimiento marca un antes y un después tanto para el presentador como para el concepto de subastas en España, situando a bienes decomisados a narcotraficantes en el centro de una transmisión que combina elementos de entretenimiento con el serio objetivo de contribuir a la lucha contra el narcotráfico.
La dinámica del directo rompió moldes establecidos, mezclando el espíritu de programas televisivos de éxito, como «El precio justo», con una interacción al estilo Twitch, ofreciendo una experiencia única a los espectadores. Larrodera, junto a los expertos «Paco» y «Lara», desentrañaron los secretos y valores de una variedad de relojes que alguna vez estuvieron en las muñecas de conocidos narcotraficantes. La reacción de Larrodera al ver un Gucci siendo subastado por 21 euros puso de manifiesto la singularidad del evento, elevando el interés y la emoción entre los participantes.
A pesar de la popularidad del evento y el éxito en términos de participación, con alrededor de mil usuarios conectados durante la emisión y una recaudación significativa destinada a combatir el narcotráfico, las subastas no estuvieron exentas de crítica. Expertos en el sector señalaron una laguna importante: la falta de verificación adecuada de los relojes, un aspecto que, según afirman, podría haber incrementado el valor de las pujas. No obstante, tanto el Ministerio de Sanidad como Escrapalia, la empresa detrás de la subasta, aseguraron haber adoptado las medidas necesarias para garantizar la autenticidad y procedencia legítima de los bienes subastados, aunque reconocieron carecer de certificaciones específicas para cada pieza.
La estrategia adoptada para la venta de estos bienes decomisados parece adaptarse a los nuevos tiempos, abriendo las puertas a una audiencia más amplia mediante el uso de plataformas digitales y estrategias de comunicación innovadoras. Los resultados, más allá de las cifras económicas recaudadas, reflejan un cambio en la percepción y participación del público en este tipo de iniciativas, marcando potencialmente el comienzo de una nueva era para las subastas públicas en el país. Sin embargo, el éxito de futuras subastas dependerá de cómo se aborden las preocupaciones planteadas por los expertos y si se logra mantener el balance perfecto entre el entretenimiento y la seriedad que requiere el objetivo final: la lucha contra el narcotráfico.