En las primeras horas de la madrugada, un sismo de magnitud 4.2 con su epicentro ubicado en la zona sur del Mar de Alborán, sacudió de forma muy perceptible Melilla, así como distintas localidades costeras de Málaga y Granada, dejando a su paso una huella de alarma y sorpresa entre los habitantes.
El movimiento telúrico, registrado exactamente a las 2.40 horas, tuvo su foco a una profundidad de 19 kilómetros, según informaciones proporcionadas por el Instituto Geográfico Nacional (IGN). Este evento natural se sintió de forma leve pero duradera en Melilla, donde alcanzó una intensidad III en la escala de Mercalli Modificada, que mide la percepción de los terremotos así como el daño causado, en una escala de I a X.
No solo Melilla experimentó el sobresalto nocturno; la capital de Málaga y el Peñón Vélez de la Gomera también fueron testigos de este fenómeno, registrando una atmósfera de leve desconcierto entre sus residentes. Además, en Torrox y Vélez-Málaga, municipios pertenecientes a la provincia de Málaga, se percibió con una intensidad similar de II-III.
Las vibraciones del terremoto no se limitaron a estas áreas, varias localidades más de la provincia de Málaga, incluidos Algarrobo, Torremolinos, el Rincón de la Victoria, y Torre del Mar, sintieron el sismo, aunque con una intensidad reducida de II. Este mismo nivel de intensidad se experimentó en Almuñécar y Motril, pertenecientes a la provincia de Granada.
Inicialmente, el IGN había reportado que la magnitud del terremoto era de 4.0 y que su profundidad era de 20 kilómetros. Sin embargo, poco tiempo después, este dato fue rectificado a una magnitud ligeramente superior de 4.2 tras una revisión más detallada.
La inquietud poco se disipó, ya que tras este temblor principal, el IGN detectó varias réplicas originadas igualmente en la zona sur del mar de Alborán, siendo la primera y más notoria de magnitud 2.9. Esta secuela se sintió también en Melilla, aunque sin provocar más que una alarma pasajera entre la población, manteniéndose la intensidad en III.
Este incidente se suma a la serie de eventos telúricos registrados en la región, recordando a los habitantes la actividad sísmica latente que caracteriza a esta área geográfica. Afortunadamente, hasta el momento, no se han reportado daños significativos ni personales a raíz de este sismo, pero sirve como un recordatorio de la necesidad de estar preparados ante eventos naturales de esta índole.