En el último pleno de las Cortes regionales, la situación del sector del regadío y la gestión del agua han cobrado protagonismo en el debate entre los diferentes grupos parlamentarios. Vox y el PP han criticado duramente la que consideran “inacción” del Gobierno de Emiliano García-Page en relación con la prometida modernización y transformación de regadíos en Castilla-La Mancha, una promesa que formó parte de la campaña electoral del actual presidente regional.
David Moreno, diputado de Vox, ha puesto sobre la mesa la necesidad de un Plan Nacional del Agua que promueva la interconexión de las cuencas y una gestión hídrica más eficiente. Además, Moreno ha criticado la falta de inversiones en infraestructuras hidráulicas que permitan aprovechar el agua en periodos de escasez.
Por parte del PP, Lucas Torres acusó al gobierno regional de contribuir con su pasividad al despoblamiento del medio rural, subrayando la urgencia de actualizar la infraestructura de regadío y apoyar a los agricultores que utilicen métodos eficientes de riego. Ha propuesto medidas concretas como la conexión de los embalses de Alcorlo y Beleña y abordar las necesidades de regadío en diferentes áreas de la región.
Contrarrestando estas críticas, Antonio Sánchez, del Grupo Parlamentario Socialista, defendió la labor del Gobierno, asegurando que sí se están realizando avances significativos en el proceso de modernización de regadíos, apuntando a una inversión de más de 200 millones de euros para mejorar más de 180.000 hectáreas, lo cual beneficiará a más de 20.000 agricultores. Sánchez ha reconocido la necesidad de continuar avanzando pero se desmarca del “catastrofismo” de la oposición.
El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, ha pedido a los diputados rigurosidad y seriedad al hablar de la gestión hídrica y ha reafirmado el compromiso del Gobierno de seguir trabajando para aumentar las hectáreas de regadío donde sea posible.
Al final del debate legislativo, la propuesta de resolución del PSOE fue la única que logró avanzar, mientras que las presentadas por Vox y el PP no prosperaron. La modernización del regadío sigue siendo un tema fundamental para el desarrollo socioeconómico en Castilla-La Mancha, y por ende, un punto de fricción constante entre gobierno y oposición en la política regional.
