"¿Por qué algunas personas cubren los retrovisores de su coche con bolsas de plástico?"

Una solución ingeniosa: por qué muchos conductores están cubriendo sus retrovisores con bolsas de plástico

En los últimos días, un fenómeno inusual se ha multiplicado en los aparcamientos españoles: decenas de coches con bolsas de plástico enganchadas en los retrovisores. Lo que a primera vista podría parecer un acto carente de lógica, en realidad responde a un truco sencillo, económico y efectivo que está ganando popularidad entre los conductores.

La clave está en el reflejo del espejo, que en temporadas de cría o marcaje territorial atrae a ciertas aves. Muchas especies, especialmente pájaros como mirlos o gorriones, interpretan su propia imagen como un competidor y, en un intento por ahuyentarlo, golpean el cristal con sus picos o garras. Peor aún: sus excrementos contienen ácido úrico, un compuesto corrosivo que, bajo el efecto del sol, daña la pintura del coche. La solución es tan simple como cubrir los retrovisores con bolsas de supermercado, eliminando el reflejo que desencadena el comportamiento agresivo.

Pero este recurso no solo protege contra las aves. En invierno, evita que el mecanismo de plegado de los espejos se congele, un problema común en zonas con bajas temperaturas. Sin necesidad de gastar en fundas especializadas, una bolsa atada con una goma o pinza actúa como barrera contra la humedad y el hielo.

Más allá de los retrovisores: otros trucos virales para el coche

El ingenio de los conductores no se limita a los espejos. Recientemente, otro método ha circulado en redes sociales: utilizar churros de piscina (esos cilindros de espuma) para proteger los limpiaparabrisas del sol y evitar que las gomas se resequen y agrieten. Basta con cortar el tubo longitudinalmente y colocarlo sobre las escobillas cuando el vehículo está aparcado.

También en verano, el empañamiento de los cristales se convierte en un incordio. Expertos recomiendan tres soluciones rápidas: activar el aire acondicionado dirigido al parabrisas, encender la recirculación del aire para reducir la humedad interior y, en casos extremos, aplicar una mezcla de agua y jabón neutro en el interior del cristal para minimizar la condensación.

Eficacia sin gastos

Lo más llamativo de estos consejos es su simplicidad. No requieren inversiones caras ni productos especializados: bolsas recicladas, sobrantes de piscina o técnicas de climatización básicas demuestran que, a veces, la mejor solución es también la más accesible. Y aunque algunos puedan sonreír al ver un coche "disfrazado" con plásticos, cada vez son más quienes optan por estos métodos para evitar daños costosos. Después de todo, en la era de la innovación, hasta los gestos más cotidianos pueden convertirse en tendencia.

(Imagen destacada: Limpiaparabrisas en acción / Freepik)

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