La Guardia Civil ha asestado un duro golpe a una red criminal especializada en el cultivo interior de marihuana, operando a través de varias viviendas repartidas en la Comunitat de Madrid y las provincias de Segovia y Guadalajara. En una operación meticulosamente orquestada, se ha logrado la detención de diez hombres, y la incautación de 15 kilos de cannabis preparado para su distribución, representando un significativo avance en la lucha contra el narcotráfico en la región.
Este grupo delictivo, altamente organizado, había establecido un sofisticado sistema de cultivo de marihuana en seis viviendas distribuidas estratégicamente para facilitar sus operaciones ilegales. Utilizando furgonetas de alquiler y diversos vehículos, los miembros de la red se movilizaban constantemente entre las distintas ubicaciones, suministrando nutrientes y equipamiento necesario para optimizar el crecimiento de las plantas. Este descubrimiento surgió a raíz de una investigación iniciada en agosto, tras las quejas de vecinos de Becerril de la Sierra, quienes reportaron un fuerte olor a marihuana y un ruido continuo de motores de aire acondicionado proveniente de uno de los chalets utilizados por la banda.
Las pesquisas de la Guardia Civil revelaron no solo la existencia de un enganche ilegal a la red eléctrica en dicha vivienda, sino también un consumo energético muy por encima de lo normal, indicio claro de la actividad ilícita que se estaba llevando a cabo. Este hallazgo fue el punto de partida para desenmascarar la magnitud de la operación, culminando en la identificación y registro de las seis viviendas empleadas para el cultivo masivo de marihuana.
Durante el operativo, los agentes se incautaron de 9.866 plantas de marihuana, tres cajas de picadura de la droga, un vehículo y 60.110 euros en efectivo, evidencia contundente de la extensa red de producción y distribución de cannabis que había sido establecida por este grupo criminal. Los detenidos, hombres de nacionalidades paraguaya y colombiana con edades comprendidas entre los 30 y 40 años, enfrentan ahora cargos por delitos contra la salud pública, defraudación de fluido eléctrico y pertenencia a organización criminal.
Este golpe a la criminalidad organizada subraya el compromiso continuo de las fuerzas de seguridad españolas en su lucha contra el narcotráfico, destacando la importancia de la colaboración ciudadana y la eficacia de las operaciones policiales para mantener la seguridad y el bienestar de la comunidad.