Ocho personas son detenidas por apropiarse ilegalmente de la herencia de 22 ancianos fallecidos sin herederos.

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En los últimos meses, la policía ha descubierto una banda que se aprovechaba de fallecidos que no contaban con herederos para sustraer objetos de valor de las viviendas que habitaron. Lo más sorprendente de esta historia es que los ladrones identificaban a estas personas a través de personas que trabajaban en tanatorios.

Este grupo de delincuentes se especializaba en revisar las esquelas y buscar a personas que hubieran fallecido y no tuvieran un descendiente cercano que pudiera heredar sus bienes. Una vez que identificaban a estas víctimas, contactaban con personas que trabajaban en tanatorios, quienes les brindaban información clave sobre la víctima. De esta forma, lograban saber cuál era la dirección de la vivienda del fallecido.

El siguiente paso era entrar a la casa y sustraer todo aquello que pudiera tener algún valor, como joyas, dinero y cualquier otro objeto que les llamara la atención. Posteriormente, vendían lo robado en mercados negros o en subastas de antigüedades.

Este modus operandi no es nuevo, pero llama la atención la facilidad que tenían para obtener información de las personas fallecidas. En muchos casos, los familiares no se dan cuenta de que han sido víctimas de un robo hasta que pasan varios días o incluso semanas. Y, en muchos casos, los objetos robados no tienen un gran valor económico, pero sí un valor sentimental importante para el fallecido y sus familiares.

Por eso, es importante que las familias tomen medidas para evitar que ocurran este tipo de situaciones. Una de las formas más sencillas es revisar la vivienda del fallecido, especialmente si éste no contaba con herederos cercanos. También es recomendable que los familiares se mantengan en contacto con personas que trabajaron con el fallecido, como los cuidadores, para asegurarse de que todo está en orden.

En caso de que se sospeche de algún robo, es importante contactar lo antes posible con las autoridades y brindarles toda la información posible, incluyendo los detalles de las personas que trabajaron en el tanatorio. Los delincuentes que se dedican a este tipo de robos son muy astutos y suelen operar con mucha discreción, por lo que es importante estar alerta para evitar que ocurran situaciones desagradables.

En conclusión, este tipo de robos pueden parecer inofensivos a primera vista, pero pueden causar daños irreparables a las familias de los fallecidos. Por eso, es importante que las personas tomen medidas para evitar que se produzcan. En última instancia, la colaboración entre las familias y las autoridades puede ser la clave para acabar con este tipo de delitos.

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