Roglic, el perro viejo del pelotón, se muestra astuto y experimentado en la Volta a Catalunya. El corredor esloveno deja que Evenepoel vuele, demostrando su dulce juventud, y espera al final para atacar sabiendo que es prácticamente imposible que nadie, ni siquiera el joven ciclista belga, pueda batirlo en un esprint en montaña si se siente el más fuerte.
En la ascensión a Lo Port, el puerto del viento y el día más importante de la Volta, Roglic ganó la etapa y dejó que otros corredores se quemaran. Arropado del viento, comiendo y bebiendo, pudo ahorrarse el esfuerzo gracias al trabajo de los demás. A falta de dos días por delante en la Volta, tanto en Molins de Rei como en Montjuïc, donde Evenepoel podría recortarle los 10 segundos de renta gracias a su velocidad punta, parece que Roglic es el corredor más listo y experimentado de la clase.
La etapa de Lo Port podía haber sido el día de Marc Soler, en el puerto que mejor le va al corredor catalán. Sin embargo, su compañero portugués, Joâo Almeida, se jugaba el podio después de que ambos observaran que Giulio Ciccone había fallado y que Mikel Landa tampoco tenia su mejor día. Era la ascensión a Lo Port, donde en 1991 firmaron una memorable exhibición Miguel Induráin, Pedro Delgado y Lucho Herrera.
En los kilómetros finales de la etapa de Lo Port, Evenepoel demarra a 4 kilómetros de meta, siguiéndolo Roglic y un Marc Soler que parecía subir sin cadena. Roglic no dio ningún relevo en la subida, esperando su momento para situarse primero y controlar y para que no le pillara Evenepoel por sorpresa en un último ataque. Al final, Roglic desempató la general a tiempos después de la flaqueza final de Evenepoel.
Ahora cabe preguntarse si el campeón del mundo podrá contrarrestar esta diferencia o si la Volta acabará en un empate técnico entre ambos ciclistas, resolviéndose todo por la suma de posiciones en el total de las etapas. Si Evenepoel gana y Roglic no bonifica en Montjuïc, al margen de lo que pase en Molins de Rei, ambos ciclistas quedarían empatados en la general y todo se resolvería en una suma de posiciones. Sin embargo, Roglic se muestra experimentado y astuto, tanto en su forma de correr como en su táctica, demostrando tener callos en el trasero de tanto montar en bici.
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