En la reciente sesión de control en el Congreso, el ambiente se tensó considerablemente cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, intercambiaron acusaciones alrededor de la investigación judicial que envuelve a Begoña Gómez, esposa de Sánchez. La polémica surgió tras revelarse que Gómez ha sido investigada desde el pasado 16 de abril, situación que Feijóo utilizó para exigir explicaciones directas al presidente del Ejecutivo. Sánchez, por su parte, respondió con vehemencia, empleando en 13 ocasiones la palabra «fango» para describir las acusaciones y para criticar las alianzas del Partido Popular con la ultraderecha.
La discusión no se limitó a este único asunto. Sánchez aprovechó para lanzar críticas hacia el PP y su asociación con Vox, calificándolos de ser “esclavos de sus pactos con la ultraderecha” y acusando a Feijóo de querer “tapar sus gobiernos de la vergüenza”. La tensión alcanzó su punto álgido cuando Sánchez, en un intento de desviar la contención de la trama que afecta a su mujer, mencionó una foto de Santiago Abascal con Benjamin Netanyahu, buscando señalar hipocresías en las filas de la oposición.
Por otro lado, Feijóo no dudó en insistir sobre la causa abierta contra Gómez, mencionando incluso cartas amenazantes recibidas por el juez del caso, y supuestas injerencias de la Fiscalía, en un intento por subrayar la gravedad de la situación y la supuesta actitud evasiva del Gobierno. El líder del PP también cuestionó la honestidad de Sánchez al frente de la ciudadanía, acusándolo de falsear información y de evadir preguntas importantes acerca de la investigación a su esposa.
Además, el Congreso se convirtió en escenario para que distintos portavoces del PP cuestionaran a los ministros presentes sobre la integridad del Ejecutivo, a lo que se respondió, una vez más, con referencias al «fango» por parte de la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, quien defendió la inocencia de Begoña Gómez en base a un informe de la UCO.
La controversia sobre la investigada esposa del presidente también ha repercutido en decisiones partidarias, con el PP valorando la activación de la comparecencia de Sánchez en una comisión de investigación del Senado antes de las elecciones europeas, en un movimiento que Génova considera de riesgo político.
Este tenso cara a cara entre Sánchez y Feijóo refleja no solo la polarización política actual, sino también cómo los asuntos personales de los líderes políticos se entremezclan con las discusiones nacionales, poniendo en evidencia las estrategias de cada partido por capitalizar o desviar la atención ante los próximos comicios. La situación involucra no solo a los partidos mayoritarios sino también a sus alianzas, siendo un claro indicativo de cómo el panorama político se mantiene en constante ebullición en España.