La senda oculta hacia la libertad: el túnel clandestino que condujo a un fugitivo al corazón del Parlamento

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En la localidad francesa de Amélie-les Bains-Palalda, el expresidente catalán Carles Puigdemont ha intensificado sus declaraciones en un encuentro con miembros de Junts per Catalunya (JxCat), coincidiendo con el cuarto aniversario del partido. Reiterando su promesa de retornar a Cataluña para la investidura del siguiente presidente de la Generalitat, Puigdemont encuentra ahora en la recientemente aprobada Ley de Amnistía un posible pasaje de retorno. Sin embargo, la reticencia de algunos jueces a aplicar esta ley por ciertos delitos imputados, como la malversación o traición, podrían suponer un obstáculo importante, poniendo en riesgo su libertad al volver a suelo español.

Durante el acto, Puigdemont criticó lo que él considera un «golpe de Estado de togas», exhortando al Fiscal General del Estado, subordinado al gobierno de Pedro Sánchez, a tomar medidas contra los magistrados opositores a la aplicación completa de la amnistía. Pese a estos esfuerzos, el expresidente es consciente de la disminución del fervor popular hacia su causa y de Junts, así como del desinterés ciudadano observado en los actos de la Asamblea Nacional Catalana, ahora presidida por Lluís Llach, un cercano colaborador.

La estrategia de Puigdemont para evitar la investidura del socialista Salvador Illa incluye intensificar el diálogo con sectores críticos de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), procurando influir en una votación de base contra un posible pacto con el Partido Socialista de Cataluña (PSC). A esto se suma un enigmático plan que sugeriría su aparición «invisible» en la sede del Parlament, evadiendo cualquier detención, basado en la entrada secreta a través de un túnel que ya ha sido motivo de interés para actividades de protesta anteriormente.

Este metódico plan de Puigdemont no solo busca facilitar su participación en el debate de investidura desafiando las restricciones legales, sino también generar una situación de alta visibilidad que presione al Estado español, ponderando que cualquier detención resulte brevemente administrada. Además, intenta exhibir las discrepancias dentro del espectro independentista, particularmente apuntando a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), en un esfuerzo por reposicionarse como el líder incuestionable del movimiento independentista catalán.

Este audaz movimiento de Puigdemont, a pesar de los riesgos legales y políticos implicados, demuestra su inquebrantable determinación de continuar influenciando la política catalana, buscando regresar a un escenario político del que ha estado ausente físicamente desde su huida en 2017, pero del cual nunca ha dejado de ser un actor principal.

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