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Las guías de calificación de la prueba piloto de la Ebau han sido objeto de gran controversia. Según las últimas informaciones, se apunta a que los criterios de evaluación serán más laxos y no se permitirá otorgar un cero a los estudiantes.

Esta novedad en las guías de calificación ha generado un intenso debate en el sector educativo y laboral, ya que muchos consideran que se está bajando el nivel de exigencia en los exámenes. Sin embargo, otros defienden la medida argumentando que es una forma de motivar y ayudar a los alumnos a aprobar los exámenes, y que un cero es demasiado duro y desmotivador para ellos.

Uno de los principales argumentos de los críticos de esta nueva medida es que, con la eliminación del cero, se puede producir una inflación de notas. En otras palabras, se teme que se pueda premiar a aquellos estudiantes que no hayan hecho nada durante el curso y hayan conseguido una nota mínima, en detrimento de aquellos que han trabajado duro y han obtenido una nota aún más baja.

Esto puede tener graves consecuencias en el futuro laboral de estos estudiantes, ya que una inflación de notas podría provocar una devaluación de la titulación y una menor valoración por parte de las empresas y los empleadores, reduciendo así sus oportunidades en el mercado laboral.

Algunos expertos, por otro lado, advierten de que la eliminación del cero en las notas podría fomentar la cultura de la mediocridad y la falta de esfuerzo en el ámbito educativo, ya que se estaría premiando a los estudiantes por no hacer nada.

En definitiva, la eliminación del cero en las notas es una medida controvertida que ha generado un intenso debate. Si bien es cierto que puede motivar a los estudiantes y evitar la desmotivación que produce un cero, también es cierto que puede provocar una inflación de notas y una devaluación de la titulación.

Como en cualquier otra decisión educativa, es importante tener en cuenta los pros y los contras antes de tomar una decisión, y analizar cómo afectará a los estudiantes y su futuro laboral a largo plazo. La clave es encontrar un equilibrio entre la motivación y el esfuerzo, y evitar fomentar la mediocridad en el ámbito educativo, ya que esto tendría gravísimas consecuencias en el futuro tanto para los estudiantes como para la sociedad en su conjunto.

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