En una remota y encantadora localidad de Navarra, un valle en mitad de la región se está convirtiendo en un inesperado recordatorio del pintoresco paisaje de Suiza, atrayendo a visitantes ansiosos por descubrir sus maravillas. Paralelamente, la región invita a los más aventureros a seguir la Ruta del Misterio, que culmina en una ermita medieval construida por los templarios, un lugar que abre sus puertas al público por tan solo tres días en noviembre, envuelto en leyendas y misticismo.
Sin embargo, no es solo la belleza natural y el misterio histórico lo que está trayendo fama a Navarra, sino también un par de notables descubrimientos arqueológicos en el Museo de Navarra que han captado la atención de miles. La renovada Sala de Prehistoria, abierta desde el pasado 17 de diciembre, alberga dos piezas excepcionales: la Mano de Irulegi y el esqueleto del Hombre de Loizu, revolucionando no solo las ofertas culturales de la región sino también atrayendo un número récord de visitantes.
La Mano de Irulegi, un artefacto encontrado en un yacimiento de la Edad del Hierro y datado en el siglo I a. C, ha generado un interés particular. Este hallazgo, descubierto al pie de las ruinas del castillo de Irulegui, es considerado único por aportar luz sobre la escritura prerromana en la Península Ibérica, convirtiéndose en el principal reclamo para quienes acuden al museo. Por otro lado, el Hombre de Loizu, con restos de más de 11.700 años, ofrece a los visitantes una conexión tangible con un pasado lejano, siendo apreciado como “el abuelo de Navarra”.
La popularidad de estas exhibiciones es evidente. Solo en las últimas semanas de diciembre de 2024, el museo recibió a 2.918 personas, casi duplicando la cifra de asistentes del mismo periodo en 2023. Y esta tendencia al alza continúa, con un flujo constante de visitantes en los primeros días de enero de 2025 que ya supera ampliamente los números del año anterior.
Un dato curioso es el cambio en el perfil de los visitantes, con un número creciente de jóvenes de entre 20 y 30 años que acuden en pareja, atraídos por la singularidad de las piezas en exhibición. Además, el interés general no se limita solo a la contemplación de estos objetos antiguos, sino que muchas preguntas giran en torno al futuro de las excavaciones en Irulegi, demostrando una pasión colectiva por descubrir más secretos de la Edad de Hierro.
El Museo de Navarra, con una entrada general de apenas 2 euros y acceso gratuito a los espacios visitables mientras se realizan obras de eficiencia energética, no solo se ha consolidado como un referente cultural sino que también está redefiniendo cómo el patrimonio arqueológico puede conectar con el público contemporáneo. En este momento excepcional, parece que Navarra está escribiendo un nuevo capítulo emocionante en la difusión y el estudio de sus riquezas históricas, prometiendo futuros descubrimientos que aguardan ser revelados.