La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha vuelto a realizar unas polémicas declaraciones en torno a la política penitenciaria del PSOE en el Gobierno central. En un acto en el que estaba presente el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, la mandataria madrileña defendió su postura de mantener a los presos etarras en cárceles alejadas del País Vasco y critica los acercamientos que se han llevado a cabo en las últimas semanas.
“El Gobierno ha asumido el papel de verdugo de las víctimas de ETA al acercar a los presos etarras al País Vasco”, ha señalado Ayuso en este foro organizado por la Fundación Concordia y Libertad. Para la presidenta regional, estos traslados “atentan contra el Estado de derecho y la dignidad de las víctimas”.
Además, la dirigente popular ha querido dejar claro que “la postura de la Comunidad de Madrid no va a cambiar porque el Gobierno central acerque a los presos a las cárceles madrileñas”. En este sentido, Ayuso ha pedido una vez más “firmeza y coherencia” en la lucha contra el terrorismo y ha criticado a aquellos partidos que están dispuestos a ceder para conseguir acuerdos con los independentistas.
Mientras tanto, el presidente de la Xunta de Galicia eludía pronunciarse sobre este asunto y ha querido centrar su intervención en la importancia de que todas las fuerzas políticas sean capaces de sentarse a dialogar y llegar a acuerdos en temas como la reforma de la Constitución o el sistema de financiación autonómica.
No es la primera vez que Ayuso se muestra crítica con la política penitenciaria del Gobierno central. Ya en el mes de abril, la presidenta regional pidió a la ministra de Interior, María Jesús Montero, que dejara de acercar a los presos etarras a cárceles cercanas al País Vasco.
Por su parte, el Ejecutivo ha defendido en varias ocasiones que estos acercamientos se están llevando a cabo dentro de la legalidad y siempre y cuando los presos cumplan una serie de requisitos, como mostrar arrepentimiento y desvinculación con la banda terrorista.
Sin embargo, esta postura no convence a dirigentes como Ayuso, que entienden que estos acercamientos suponen una “humillación” para las víctimas de ETA. Una postura que, por el momento, no parece que vaya a cambiar y que tendrá que seguir afrontando el Gobierno central en los próximos meses.
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