En un giro inesperado pero bien recibido por el sector eléctrico y los consumidores, el precio de la electricidad en el mercado mayorista ha visto una disminución constante, marcando un notable cambio de tendencia en el costo energético. Según información proporcionada por el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE), este lunes, 8 de julio, se registró un costo promedio de 14,46 euros por megavatio hora (MWh).
La dinámica de precios a lo largo del día muestra que el valor más alto se proyecta para las horas entre 21:00 y 22:00, cuando se espera alcance los 23,11 euros/MWh. Por otro lado, el período más asequible se sitúa entre las 14:00 y las 15:00 horas, con un costo de apenas 8,60 euros/MWh, evidenciando la volatilidad diaria y las posibles oportunidades de ahorro para los usuarios atentos a estas variaciones.
Este panorama, sin embargo, no se traduce directamente en un impacto proporcional sobre la factura final de los consumidores sujeta a la tarifa regulada. La razón de esto radica en el recientemente adoptado Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), un mecanismo diseñado para suavizar el efecto de las fluctuaciones a corto plazo sobre el costo final, contemplando un equilibrio más sostenido entre los precios mediato y prolongado. Este enfoque promueve tanto el ahorro como un consumo más eficiente de energía.
La reestructuración de la tarifa eléctrica contempla una reducción paulatina en la influencia del precio instantáneo del ‘pool’ sobre el costo final, integrando de manera creciente las referencias de los precios de los mercados de futuros. Para 2024, se espera que los futuros constituyan el 25% del cálculo, una proporción que promete aumentar al 40% en 2025 y alcanzar el 55% en 2026. Esta estrategia refleja un compromiso creciente con la sostenibilidad y eficiencia del sistema energético nacional, destacando la efectividad de las políticas orientadas a tal fin.
No obstante, es importante que los consumidores sean conscientes de que ciertos costes fijos en sus recibos permanecerán inalterables ante los vaivenes del mercado mayorista. Estas cifras fijas representan una parte del costo de la electricidad que no responde a las subidas y bajadas cotidianas del precio del ‘pool’, sino a estructuras tarifarias diseñadas para ofrecer estabilidad y predictibilidad a largo plazo.
Este reciente descenso en los precios mayoristas de la electricidad supone un alivio para muchos, pero también resalta la complejidad del sistema tarifario y la importancia de estrategias integradas que no solo atiendan las necesidades actuales sino que también proyecten un futuro energético más sostenible y económicamente accesible para todos.
